"Entre la vida y la muerte" +21 || COMPLETA, CORRIGIENDO.

CAPITULO 20

"Todo hijo cita a su padre en sus palabras y obras" - Terri Guillemets

Ingresamos a casa ambos y todos cenamos algo ligero para reponer las fuerzas, tiempo después Baker se despide de todos y se va a su casa, acción que repite Gabe no sin antes recordarme lo mucho que me quiere. Yo hablo aparte en la cocina con Sabella para saber si podía quedarme a dormir esa misma noche con ellos, ella acepto y Dorian ofreció su cama. Entramos juntos a la habitación, el cerro la puerta con cuidado y camino por el cuarto hasta llegar a su armario y sacar de ahí una libreta de cuero negra, se sentó en su silla y sin mencionar nada comenzó a escribir de forma silenciosa. Me había ofrecido el baño para ducharme, y la ropa que tenía ahí aun para cambiarme y quitarme los trapos que tengo puestos.

Puso música de fondo para concentrarse en lo suyo, pero simplemente no preste atención a eso, me sumo en mis pensamientos y dejo tranquila su presencia y la mía. Salgo del baño y me coloco una polera blanca de Dorian junto con unos shorts grandes. Aun se podría sentir un poco incómodo, tenía preguntas y bastantes, pero prefiero callar y no comentar nada por ahora, habrá momentos para sacarlo todo, o quizá ya no.

Las sabanas calientan un poco mi cuerpo, que con el pasar del tiempo se volvía más frio por todo.

Comencé a pensar primero en mi padre, en cómo fue posible que yo jamás me hubiese dado cuenta de que una pequeña estaba viviendo por debajo de nosotros y jamás lo noté. ¿En qué momento la rapto? ¿no se supone que nuestro hogar es el lugar más seguro de todo el planeta? Ya veo que no, ¿se imaginan todas aquellas historias perturbadoras de los hogares? Todas aquellas que quizá nunca salieron a la luz y fueron enterrarlas hasta las tumbas de los psicópatas o dementes junto con ellos. Quizá es un bastardo con un triste pasado que lo atormenta día y noche, quizá solo es eso. Pero ¿de verdad estaba tan mal mentalmente que una de sus escapatorias para poder hacer "vivir" a su hija muerta era secuestrando a una niña viva? ¿De qué forma se sentirían los padres de Sophia con toda esta verdad? ¿ellos creerán que yo estuve involucrada? De alguna forma realmente perturbarte me hace recordar cómo sucedieron las cosas, porque estoy aquí y no en otro lugar. Muchas ocasiones vacilé con la idea de que mi padre por fin se estuviera sintiendo mejor, y que de alguna forma yo le estaba ayudando a sobrepasar todo, viviendo. No dejándolo.

Pero de repente la razón desapareció y la desesperación rindió frutos ante mí. Ahora tengo un trato de vida o muerte con el más grandes de los demonios.

Tenemos todo el poder para destruir al mundo, pero nos aferramos a la idea de que no es lo correcto.

Tenemos una razón de vivir, cada uno de nosotros estamos aquí por algo, o alguien. Quizá no lo sabes, pero el día que hablaste con el chico raro de la escuela y le aconsejaste un par de cosas porque la situación en su vida era tan deprimente que quizá Frida Kahlo se hubiese enorgullecido, probablemente ese mismo día evitaste un tiroteo en la escuela y algunas muertes. Lo mismo pasaría si te encuentras con una persona sentada en un café, lo analizas y te das cuenta de cuanto disfruta su soledad, leyendo un buen libro y tomando una rica taza de un capuchino doble, pero jamás supiste que pasaba en la cabeza de esa persona. Quizá él/ella estaba disfrutando de su ultimo café y última lectura porque al salir de ese lugar se iba a conducir al puente más cercano y terminar con su vida, sin nada más.

O quizá el día que evitaste que tu vecino el anciano de 78 años se agachara por un periódico afuera de su casa y se lo pasaste, porque si no hubieses estado ahí lo más probable es que al momento de agacharse sintiera un calambre infernal en la espalda que le fuese imposible reincorporase y del estrés o el momento por no recibir ayuda comienza a exhalar e inhalar de forma rápida, sin controlarlo y momentos después su nerviosismo se convierte en un ataque al corazón, dejándolo inconsciente en el piso sin poder avisarle a nadie y listo. Ahí quedo.