Inefable.|➪«"Cuando miré esos ojos llenos de cariño, me di cuenta que habías puesto todo mi mundo de cabeza."»
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"Estas tan sumergido en ti y en tus escenarios ficticios que cuando te das c...
Eita es un personaje que me inventé en..5 segundos.
-Si, celebren, hay Limonada🍋
Y ta' potente.
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No había una buena razón para justificar tus acciones.
Solo..te gustaba el dinero.
Y el camino fácil.
Por eso en éste momento te encuentras en la cama de un multimillonario.
No, no eras un prostituto. Y tampoco tenías un papá dulce.
Bueno, en realidad, eres un Sugar Daddy.
¿Cómo? Te preguntarás.
Bueno, te encontraste con un multimillonario un poco raro.
Eita Takahara era su nombre, el soltero más codiciado de Japón, con tan solo 26 años, ya tenía varias empresas por todo el mundo, y un gran éxito, aunque tenía una mirada sería, cara fría y robusto cuerpo, esa aura dominante era muy genial.
¿Quién diría que este gran hombre le gustaba ser jodido por un estudiante universitario?.
Dejaste tu mochila en uno de aquellos elegantes muebles que tanto le gustaba a Takahara-san, miraste a tu alrededor, aquella gran cama se encontraba en la habitación, tenías sueño. Pero Takahara-san te había pedido que vinieras después de clases y dijo que te dará un regalo.
¿Tal vez aquella laptop que viste en la tienda cuando paseaban?, Era fácil sacarle cosas al otro.
—¿Eita-san? –Llamaste al contrario, te sentaste en la gran cama esperandolo.
Esperaste unos minutos hasta que salió el otro del baño de la habitación, tenía un vestido de maid, sonrojado, bajaba la falda de aquél traje, apartando la mirada.
Si tan solo vieran a este exitoso hombre...lo que hacía por ti, un estudiante universitario.
Pero de igual manera...
—Eita-san..sabes que no me gusta que utilices ese tipo de cosas. –Tu mirada era dura, sorprendiendo al contrario.
—... –Te miró con una mirada que parecía ser de muerte.
En realidad estaba bastante avergonzado.
No tenías una especie de fetiche por los hombres que usaban esas cosas, y la primera vez que utilizó, le preguntaste si era transexual, lo cual respondió casualmente que no.
Solo era para complacerte.
—Eita-san..
—Llamame Baby... –susurró, y así te interrumpiendote.
