Capítulo 8 : Tú pasado, nuestro futuro

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La lluvia había comenzado débilmente y poco a poco connor se fue desprendiendo de mi cuerpo.

-No puedo ofrecer lo que tú quieres, es obvio que yo no soy normal - su mirada de dolor me estaba matando, sabía exactamente que decir, porque me salía del alma, es solo que tenía un terror inmenso por sus respuestas.

- Solo quiero que me respondas algo - corte la distancia que nos separaba y me puse de puntitas junto a su oído - ¿No tienes ganas de intentarlo? , ¿No tienes ganas de quedarte conmigo? , ¿El miedo te va a separar de mí? - le susurre al oído lento y con ternura. Solo quería que se quedara junto a mí.

- Sólo prométeme que nunca te iras -Tan solo saber que lo iba intentar para mí era suficiente.

- Nunca - él me alejo lentamente de sus brazos y aunque al principio sentí temor, cuando observe su mirada todo eso desapareció. Pero lo que no desaprecio fue la lluvia, justo ahora tenía que estallar.

- ¡Vamos! , mi casa está más cerca - me tomo de la mano y comenzó a caminar a toda velocidad hacia su casa.

- ¡Y la fiesta! - Leo y Alex me van a matar si no llego.

- ¡Al diablo la fiesta! - Cómo vi que seguíamos caminado y que él no se iba a volver, decidí seguirlo, no lo iba a dejar.


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Cuando llegamos a la casa de connor, pasamos a una habitación enorme y hermosa, su casa era igual a la mía en infraestructura, sólo que todo aquí se veía mucho más lujoso. Empezando por la enorme chimenea que cubría el rincón izquierdo de la habitación, se veía imponente, lujosa y hermosa. Pero lo mejor era el fuego que en ella habitaba. Sin pensarlo, me arrodillé y acerque lentamente mis manos, se sentía reconfortante el calor que entregaba.

- Dame tu chaqueta, la pondré en la secadora - me saqué mi chaqueta y se la di, él sin más se retiró de la habitación con rumbo desconocido o más bien con rumbo a la secadora.

Me quede en silencio en frente de la chimenea, recuperando el calor de mi cuerpo. Al pasar cinco o seis minutos sentí una cálida manta en mis hombros, al subir mi mirada me encontré con esos ojos azules que tanto me gustaban. Connor se arrodilló a mi lado y aproveche para cubrirlo también a él con la manta.

- Nunca me gusto el contacto físico de las personas , nunca deje que se me acercarán , siempre hui del contacto - su mirada esta fija en el fuego y aun que no podía verla , yo sabía por el tono de su voz , que estaba triste .

- ¿Conmigo también es así? - ahora era mi voz la que estaba triste, yo sé que no tengo que presionarlo, ni apresurarlo a nada, pero tengo que reconocer que me duele saber que no puedo acercarme en todos los sentidos. Que por ahora ni siquiera podré besarlo.

- Contigo todo es diferente - su mirada me encontró y su mano se posiciono en mi mejilla - Cuando estoy junto a ti mis sombras no existen, junto a ti no me acuerdo del pasado, junto a ti , me dan ganas de abrazarte , tocarte y besarte . Eres la primera que me hace sentir esto, que me hace sentir mariposas, a la primera que quiero besar por primera vez - mi respiración se agito y mis mejillas comenzaron a arder.

- ¿La primera que quieres besar? - mis palabras salían entre cortadas, mi respiración se agitaba cada vez más y mis ojos solo miraban sus labios.

- Nunca eh besado a nadie – Dios.

-¿Cuántos años tienes?

- Diecinueve, pero no sé cómo hacerlo - su mirada se tornó triste y no quiero que sea así.

- Cierra tus ojos - conecto su mirada con la mía por un segundo, bajo su mano que se encontraba aún en mi mejilla y lentamente fue cerrando sus ojos.

Me acerqué lentamente a su rostro y aunque pude notar su nerviosismo, no me detuve. Impacte sus labios con cariño y ternura. Fue una sensación hermosa poder sentirlo y aunque al principio él no me respondió y se quedó muy quieto, lentamente pude sentir su respuesta. Nuestros labios comenzaron a moverse en una sincronía perfecta, lenta y placentera. En ese momento no importaba nada, solo él, yo y nuestros labios. Luego de unos minutos nuestro ritmo empezó a acelerarse y mis manos se depositaron en su rostro al igual que las suyas. Así nos quedamos un buen rato, hasta que lentamente nos fuimos separando el uno del otro. Yo obviamente no quería separarme, pero no quería forzar a connor.

- ¿Qué me estás haciendo Abby? - su respiración y sus palabras cerca de mi boca me hicieron desear más de él. Su mirada era hermosa y cada segundo que pasaba me hacía sentir que me pertenecía - me encanto mi primer beso, pero por sobre todo me encanto que fuera contigo.

.- No quiero parar- me recosté sobre su pecho y sentí el latido de su corazón.

- Quiero que tú seas mía por siempre.


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Mierda, mierda, mierda. Me Quedé dormida. Nos quedamos dormidos.

- ¿Abby? , ¿Qué pasa? - qué lindo te ves así, todo despeinado.

- Son las cinco de la mañana connor, ¡mi mamá me va a matar! - me puse de pie en un segundo y el hizo lo mismo - me tengo que ir ya.

- Te llevo entonces - connor comenzó a caminar enseguida hacia la puerta.

- ¡No espera! , si me ve llegar en motocicleta con un chico, me mata dos veces.

- Entonces vamos caminado, espérame en la puerta, voy por tu chaqueta - tomé mis cosas y volé a la puerta - Aquí esta, vámonos.

Una vez que llegamos a mi casa, no supe como despedirme de connor, así que solo le tome la mano y le di un corto beso en la mejilla. Entre rápido y en silencio. Cuando ya estuve en mi cuarto por fin volví a respirar. Me acerqué a la mesita de noche y al prender la luz, deje de respirar otra vez.

- ¿Estas son horas de llegar?










Si te quedas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora