Capítulo 9 : Domingo de Rapúnzel

507 17 6
                                    

No lo podía creer. Después de la maravillosa noche que había pasado con connor, ahora me tenía que pasar esto.

- ¿Qué haces despierta? - pero que pregunta más imbéciles Abby.

- ¡¿Pero qué pregunta más imbécil Abby?! - lose - ¡obviamente te estoy esperando! - ay no, realmente está muy enojada - te eh dicho que odio que rompas nuestros tratos.

- Lo se mamá y te juro que todo esto tiene una explicación -¡y ahora que invento!

- Va a tener que ser una muy buena para que te levante el castigo que te voy a dar, Así que empieza hablar Waylan - ¿Waylan? , ¿Castigo?, ay no. Piensa, piensa.

- Em, bueno, pues, eh, yo - tarada - Lo que paso es que cuando venía a casa, Em, Em. ¡Un perro me ataco! Yo no podía quitármelo de encima hasta que un joven desconocido me ayudo y me rescato - ¿Qué? , ay no, ahora sí que estoy perdida, porque dije esas burradas.

- ¿Así, no me digas?, ¿Y dónde están las heridas que te dejo el ataque del perro? - maldita inteligencia suprema interrogativa maternal.

- Bueno, lo que pasa es que - mi madre se colocó la mano izquierda en la cintura y con el pie derecho dio pequeños golpecitos en el piso. Su cara decía, adelante, sigue hundiéndote más, sigue mintiendo descaradamente - no fue una ataque, ataque, sino más bien, un tropezón del perro contra mí cuerpo - cree en mi rostro una sonrisa, falsa, estúpida y que ni yo misma me creía.

- Castigada por un mes -¿Qué? No, no, no. Mi madre comenzaba a retirarse de mi cuarto cuando se giró y se posicionó frente a mí - ¡Ah! y eso también significa toqué de queda - esbozo una sonrisa arrogante y suprema, para luego desaparecer de mi campo de visión.

- ¡Maldición!

Me acerqué a mi cama y me deje caer de cara en ella, dejando que Morfeo me llevara en sus brazos.

-Puta vida.

........................

Al día siguiente mi madre no me dejo ni asomar la nariz por la ventana. En la mañana baje a desayunar, al medio día almorzar, en la tarde a cenar y luego de nuevo me tenía que ir a encerrar. ¡Pase todo el puto domingo encerrada!

Pero un maravilloso sonido en mi techo me prometía sacarme del aburrimiento. Al asomarme por mi balcón me encontré con mi salvación.

- ¿Dónde has estado? , ¿Por qué no fuiste a la fiesta? , ¿Qué paso con connor? , ¿Por qué no has asomado la nariz en todo el día? - no pude dejarla seguir, no pude.

- ¡Basta! , ya cálmate sí - su cara estaba roja por el enojo, era obvio que también había metido la pata con ella.

- ¿Calmarme? , ¡Estás loca de patio! - ahora sí que me matan dos veces- ¡¿sabes lo preocupada que estaba?! , pensé que ese idiota te había hecho algo y luego para más cagarla, no contestas, apagas el móvil y no das ni señales de estar en tu maldita casa, pero donde

- ¡Okey, basta! , Cállate ya - mi voz sonó ruda y me arrepentí por eso, pero era la única forma de hacerla callar - Te lo voy a explicar todo, lo juro, solo déjame hablar - Alex se cruzó de brazos y me dio una mirada de empieza hablar ya - Primero, no fui a la fiesta porque cuando me dirigía, comenzó la lluvia y connor decidió volver. Segundo, cuando llegamos me seco la chaqueta y me tendió una manta para cubrirme y sin planearlo me quede dormida, por eso no conteste. Tercero, desperté a las cinco de la mañana y al llegar a casa mi madre me estaba esperando, me castigo, me quito el celular, el computador y me dio el toque de queda - Alex tenía los ojos como platos y su postura se había relajado.

Si te quedas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora