Capítulo 11 : Sueño de la realidad

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- Sana y salva mariposa - no me quería entrar, no me quería ir, no quería dejarlo.

- No quiero que te vayas - me acerqué a él y lo tome por la cintura con mis manos - Quiero que te quedes conmigo.

- Contigo siempre - me tomo la cabeza suavemente con sus manos y me acerco a su pecho - Pero mi padre me espera, tengo que ir - me separe de él y forme un leve puchero - No hagas eso.

- Lo entiendo no te preocupes, es solo que me gustaría haber pasado más tiempo contigo hoy - volví a acurrucarme en su pecho, pero esta vez por acto mío.

- Y así va hacer - ¿Cómo? Pero si dijo que se iba.

- Pero dijiste que te ibas, no entiendo - me separe levemente de él para poder mirarlo.

- Lo que pasa es que - ahora que pasa. Me desespera que no me mire. Una vez más lo obligue a mirarme para que conectara con mi mirada - ¿Te gustaría cenar conmigo?

- Claro que sí - su sonrisa apareció enseguida y sus labios conectados con los míos le siguieron. Comenzó a guiarme hasta la puerta de mi casa. Creo. Ya que sus labios y sus brazos en mi cintura no se apartaban de mí. Sus besos solo cesaron cuando mi espalda choco contra la pared - ¿La puerta? - nuestras risas inundaron el ambiente.

- Creo que sí - al diablo la maldita puerta. Impacte nuevamente sus labios pero esta vez con más fiereza, con más pasión, con más deseo y necesidad - ¿Abby? - no hables, solo sigue - ¿Abby? , ¿Te recojo a las nueve? - me separe de sus labios y de su cuerpo.

- De acuerdo - él retrocedió y Comenzó a caminar hasta su moto. Yo solo lo observaba.

Y desperté.

Maldita sea era un sueño, me había quedado dormida en la hamaca. Pero realmente eso había pasado hoy luego de clases.

Mierda. Llegare tarde

.......................

A las ocho P.M comencé arreglarme, los nervios me comían. Le di diez mil vueltas a mi armario hasta que por fin opte por una faldita con flores y una polera de encaje verde. Tome mi cabello en una coleta y maquille mis ojos con un delineado negro intenso. Absolutamente nada más.

- ¡Abby bajá! - ¿Y ahora qué? , solo me falta que no me deje salir.

- ¡Ya voy! - tomé mi bolso, me mire por última vez en el espejo y corrí hasta la plata baja - ¿Qué ocurre? - mi madre se encontraba en el umbral de la puerta de entrada.

- Connor llego por ti - ¿Qué? , ¿Tan puntual? Ay no. ¿Esta con mi mamá?

- Okey - me acerqué a la puerta y pude ver sus hermosos ojos que ahora me recorrían de abajo hacia arriba - Hola.

- ¿Lista? - creo que también pude sentir el nerviosismo en su voz. Me tomó un segundo en reaccionar que mi madre seguí aquí presenciando todo y le eche una mirada enseguida para que se retirara.

- Cuídala mucho galán - le dio una palmadita en el hombro a connor y mis ojos se abrieron peor que platos.

- Claro Julieta, con mi vida - ¿Julieta? , ¿Desde cuándo tienen tanta confianza?

Mi madre se retiró de la escena y connor y yo por fin salimos al exterior. Me guio hasta su motocicleta y nos posicionamos en ella, pero justo antes de que arrancará rompí el silencio.

- Así que Julieta eh - una leve carcajada se escapó de sus labios.

- Larga historia - y eso fue lo único que dijo para luego acelerar con rumbo a su casa.

...................


Cuando llegamos a su casa connor no me guio a la puerta principal. Caminamos por el costado de su casa hacia el patio trasero y al llegar a una pequeña puerta de madera me pidió cerrar los ojos.

Me guio a ciegas hasta que llegamos al punto esperado por él.

Cuando abrí mis ojos no podía creer lo que tenía ante ellos.

La piscina estaba rodeada por todo su contorno con pequeñas velas blancas circulares y entre cada espacio de ellas una rosa blanca se encontraba. Todo esto era realmente hermoso, poco a poco sentía que mi emoción iba creciendo. Recorrí cada centímetro del lugar, quería recordar cada detalle que el calco aquí.

En el centro del jardín una pequeña mesa se encontraba situada encima de una alfombra blanca repleta de coloridos almohadones.

Había rosas en su centro y costas que seguro eran deliciosas para compartir.

- ¿Qué es todo esto? - mi voz se oía suave y débil, pero todo debido a la emoción y el cariño que todo esto provocaba en mí. Se acercó abrazándome por la cintura.

- Avanza un poco más - al llegar al borde de la piscina una lágrima rodo por mi mejilla. Se encontraba un lienzo blanco con letras negras anclado a ella ¿Quieres ser mi novia hoy y siempre?

Por unos segundos permanecí inmóvil, mi mente y mis sentidos procesaron el momento y lentamente me gire hacia él, con mis manos le rodee su cara, me aproxime aún más y gracias a esto pude enseguida notar su nerviosismo reflejado en sus ojos. No podía creer lo que estaba pasando, no podía creer todo esto que había hecho por mí. Es la primera vez que un chico hace algo como esto por mí, no voy a negarlo, es imposible hacerlo, esto realmente se siente bien hermoso.

- Contigo lo quiero todo, hoy y mañana. Nunca sabré lo que pasara en el futuro, pero sí sé que lo que está pasando hoy, gracias a eso te prometo que eres lo único que quiero en este momento, no dejare de sentir esto por ti, ojala que nunca, lo desearía. Así pasaran mil cosas, yo nunca podría olvidarte, porque estas semanas ya marcaste cosas en mi- antes de que pudiera responderme me giré y camine hacia la piscina inclinándome para recoger una rosa. Está misma la coloque en su mano y deposite un beso en su mejilla - ¿Te gustaría ser mi novio, mi compañero y mi todo?

- si

Suavemente estampo sus labios con los míos y al transcurrir los segundos lentamente fue intensificando su actuar. Me sentía en las nubes, no podía creer todo esto, no podía creer que a pesar de tanto dolor que el transmitía en su mirada todavía seguía siendo un chico lindo y tierno.

Le tomé el cabello y lo atraje más a mí, solo quería sentirlo y que este momento no se acabara nunca. Sus labios absorbían mi boca y sentí el jugueteo tímido de su lengua. Cada vez besa mejor.




Abby en multimedia.

Si te quedas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora