TN la heredera de un negocio familiar muy interesante.
Cabe recalcar que en esta historia TN es rica, una genio y suele pensar más en si misma que en los demás porque así fue criada. Pero eso va cambiando tras irse enamorando de los chic@s de su Har...
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Tus manos apretaban la bolsa de sangre sobre la mesa, te gustaba aplastarla para ver su consistencia.
—Deja eso, la romperás— te regaño tu hermano mayor mientras te tomaba de la cintura moviéndote a un lado.
Inflaste las mejillas molesta —No lo romperé.
—Hiei ¿Podrías darte prisa?— chillo un joven alto y fornido.
—Ya voy— soltó antes de tomar la bolsa de sangre para colocarla en un gancho que colgaba en la pared —La puñalada no es grave— él sonrió tomando la aguja y el sedal.
—¿De verdad?— preguntó un peli negro.
—De verdad, Benkei estará bien.
Tus ojos se abrieron amplios cuando viste a tu hermano inspeccionar la herida y limpiarla. El joven fornido apenas hizo una mueca de dolor pero parecía no ser tan grave como tú pensabas.
—Onii-Chan— le llamaste extendiéndole más solución y gasas.
—Oh, ya veo quien se va a quedar con el negocio cuando te vayas— hablo otro peli negro que sostenía un cigarrillo.
—La estoy entrenando— afirmó. —Le dejare este espacio, así que en un futuro se dirigirán con ella.
Tú los miraste alzando las cejas creyéndote muy importante —Yo decidiré quién vive y quien muere— te burlaste golpeando con los dedos un algodón ensangrentado que caía al cesto de desechos.
—No me dejarías morir ¿Verdad?— te pregunto un chico de cabello platinado posando su ojo lila sobre ti en tanto el otro era cubierto por su cabello.
—Mmm— pensaste un poco cruzándote de brazos —Si me pagas, claro que no te dejare morir.
Tu hermano soltó una risa seguida de los otros en la sala.
—Ella está aprendiendo realmente bien el negocio, Hiei.
—TN aprende rápido, pero le falta— admitió.
—Para cuando te vayas ya habré aprendido todo lo necesario— soltaste para de inmediato acercarte a ver la técnica de costura de tu hermano. Él te había echo practicar con pollos y pavos que compraba en el supermercado o en ocaciones con alguno que otro cadaver que su amigo K. le permitía utilizar de su morgue.
—¿Crees estar lista para hacerlo en alguien vivo?
—Por supuesto.
Tu hermano miró a Benkei esperando su aprobación o que se negara.
—Que la niña entrene sus costuras conmigo— sonrió un poco.
Tus ojos se iluminaron y deprisa te colocaste los guantes que llevabas en tu bata para quitarle la aguja y el sedal a tu hermano. Sacaste la lengua intentando concentrarte, ibas paso a paso con la atención necesaria para la tarea, tu hermano te miraba por encima del hombro haciendo notar si cometías algún error o asintiendo cuando lo hacías realmente bien.
