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Seungmin necesitaba aire.

—¡Respira, respira!

—¡No me grites!

—¡Tú me gritas primero!—empujó a Jisung a un lado, abriría la ventana—¡¿Cómo se te ocurre abrir la ventana de un rascacielo?!—se dejó llevar de nuevo por su amigo al sofá, no era dueño de su cuerpo.

—Qui-quizá tengo que romper el contrato.

—No seas imbécil, ya está hecho—Jisung le acarició la cabeza, él más que nadie sabía lo mucho que arriesgaba con el trato—¿Sabes? A veces me arrepiento de haberte dado la idea.

—Se me hubiera ocurrido a partir de tu experiencia, habría pasado de una forma u otra—confesó avergonzado, le daba pena admitir que se había quedado sin alternativas, odiaba estar encerrado en un callejón sin salida.

—Seungmin, debes decirle.

—¿Con qué cara? él se había relajado conmigo sabiendo que faltaban días—Seungmin se mordió las uñas, a penas ayer habían conversando normalmente, no sé atrevía a acercarse para decirle "hey, ya es hora de que me marques"

—Pues dile con esa actitud que te caracteriza, esa con la que lo convenciste.

—Tengo un corazón sensible, me costó hacerlo ese día—Seungmin se apretujó en los brazos de Jisung, mínimo unas horas para procesar ma información—, tengo miedo, nunca he querido tener una pareja oficial, no una que llegara a ya sabes...unirnos.

—Lo entiendo, sé que es fuerte para ti—Seungmin alzó la cabeza, analizó unos segundos la tenue expresión de Jisung, calmada y suave; no se veía como el chico de hace unos años que se vio obligado a hacer lo mismo—¿Qué sucede?

—Estoy orgulloso de ti, de verdad—Jisung cambió la amabilidad por egocentrismo, chasqueando la lengua. Seungmin rodó los ojos, no podía decirle cosas bonitas porque al segundo se hacía el listo y presumía de su fuerte estabilidad mental, una que Seungmin no tenía—Antes de que arruines el momento, dame un consejo para poder aguantar el dolor.

Jisung se acomodó en el sofá, arrastrándolo a sus piernas. Seungmin se recostó encima, disfrutando del calor y cariño que su risueño amigo le transmitía, eran dulces aromas que los rodeaba cuando estaban a solas, sonrisas complices que revelaban lo mucho que compartían. Seungmin le echó un vistazo al reloj, si se apresuraba podría alcanzar. Hyunjin salir de ma universidad.

—Dejarse llevar hace que te sientas ido, hasta será placentero—Seungmin hizo una mueca, si fuese una mujer se lo pensaría dos veces—Creo, no recuerdo bien lo que yo hice, todo pasó rápido que caí desmayado.

—Eso no me ayuda.

—Lo siento—se aferró los músculos de los brazos de Jisung, Minho le había enviado un mensaje diciendo que le esperaba abajo. Se había cambiado de ropa, estaba en su zona de confort cuando le envolvía un cálido suéter y unos jeans, y con urgencias necesitaba estar en su zona de confort. Y aire, también necesitaba aire, mucho aire—Es hora de que te marches, suerte.

Todo va a estar bien, Chan nos acompañará y verá que el procedimiento salga bien, Chan es un profesional. Todo saldrá bien. Se lo repitió cien veces hasta parar con Hyunjin, veinte minutos buscándolo por el campus para que por teléfono su secretaria le informara que ese día había quedado en ir a buscar a sus sobrinos.

—¿Lo dejó aquí?—Minho se oía incrédulo—Está repleto de personas.

—El mundo está repleto de personas—corrigió sin ganas de discutir sobre la sobreprotección de Minho, ya no tenía dieciséis años para que le vigilen las veinticuatro horas del día—Si tengo problemas de llamo.

𝐛𝐢𝐭𝐞/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora