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Hyunjin despertó hecho un lío, Seungmin tuvo el rostro pegado a su cuello por más de cuatro horas luego que se cansaran, y por decir cansarse se refería a besarse y hacerse mimos por el cuerpo la noche entera.

—Hoy es un día importante, lo más probable es que te vea en la ceremonia—Hyunjin asintió caminando al baño, sentía el cabello húmedo por delante—¿Me estás escuchando?

—¡Si!—Seungmin ya estaba vestido y alimentado, su madre los había ido a buscar desde bien temprano para desayunar, según ella había que comenzar el día con el estómago lleno. Hyunjin no se quejaba, pero estaba tan cansado que quería caer a la cama por semanas enteras—Te ves bien—murmuró viéndolo a través del espejo.

Demasiado bien para sus inquietas manos. Hyunjin siempre fue alguien de poca concentración, tenía que estar haciendo muchas cosas a la vez para centrarse completamente, además no solía quedarse tranquilo. Ver a Seungmin en un elegante traje negro era como tener bichitos picando la palma de su mano, desesperado por arrastrarla en algún lugar para calmarse.

—Tú igual—Hyunjin sonrió divertido, la lengua de Seungmin se paseaba por su boca con dobles intenciones—Di que estás enamorado de mí de nuevo.

Bajó la cabeza mareado, ¿Qué se creía al aletear su corazón de esa manera? Tenía las mejillas a punto de reventar.

—Hey—se aguantó el saltito al sentirlo en su espalda, Seungmin le abrazaba—Por favor, lobito.

—¿Para qué necesitas escucharlo?—Seungmin dejó caer el peso, tan pegado a su piel como una pulga. Hyunjin suspiró girándose, procurando no romper el abrazo.

—Para darme ánimos, no lo sé—Seungmin se encogió de hombros al verlo directo a los ojos, trataba de restarle importancia—Tengo una comezón en la nuca, una mezcla de ansiedad por no saber lo que pasará e ilusión por conseguir lo que tanto me esforcé.

—Es normal, es un día importante—repitió soltando la postura, estaba rígido por tener que decirle que se había enamorado—Tranquilo.

Sonrió para transmitir calma, aunque tenía la misma comezón en la nuca, subía y baja con ardor causando dolor.

—¿Tú crees?—sin darse cuenta danzó uno de los dedos por su mejilla, sin duda aquello era un sentimiento mucho más placentero que los nudos en su estómago.

Estaremos bien.

Hyunjin pensó que sí, imaginó que era tal cual como se había planeado hace semanas atrás. Lo hizo con deseo antes de sumergirse en la boca de su pareja, al hacerlo todo alrededor desapareció. Besar a Seungmin era vagar entre dos mundos, tan mágico que no veía más allá de tormentas y lluvia, pero estaba ahí de todas formas, en medio de la realidad.

—Te veré en la ceremonia, pórtate bien.

Seungmin sonrió aún con los ojos cerrados, era una imagen preciosa.

—No prometo nada.

Le dejó un último beso en la frente antes de despegarse, pero sus dedos se aferraron con fuerza al pasar por el umbral. Se giró confundido, la comezón se transformaba en fuego quemando su piel. Hyunjin soltó un gemido adolorido, ¿Qué pasaba?

—Perdón, deben ser mis nervios—Seungmin le miró en disculpa, lentamente quitaba los dedos de los suyos. Hyunjin lo miró en confusión—Estoy bien.

Asintió ido, no estaba seguro que el ardor haya sido un efecto colateral de estar unido a Seungmin, se sentía más como uno que fluía entre ambos sin pertenecer a ninguno de los dos. Hyunjin salió de la habitación con la sensación de estar perdiéndose de algo, y fue muy tarde cuando recordó que olvidó decirle a Seungmin lo enamorado que estaba de él, aunque se lo hubiera dicho anoche un par de veces. Se devolvió unos metros para ir a decírselo, pero la madre de Seungmin apareció en frente con una sonrisa de oreja a oreja.

𝐛𝐢𝐭𝐞/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora