Hyunjin se quitó las gafas de sol agotado, ya estaban en Italia. Se suponía que el crucero los llevaría a Italia, pero nada más el crucero los dejaría cerca de la toscana en donde estaba la casona de los dueños de la empresa. Luego de muchas horas de siestas y juegos con cartas mezcladas con risas y un extraño suceso en el baño del avión que involucró que tuviera la cabeza puesta en el cuello de Seungmin oliendo la marca por media hora, Hyunjin estaba perfectamente.Perfectamente avergonzado.
¿Acaso pensaba con los instintos, con la nariz? Porque era un asco, lo aborrecía. Hyunjin se aborrecía.
—¿Quieres comer algo?—Seungmin estaba nervioso, sus ojos brillaban con precaución cada vez que alguien se les acercaba.
—No, ¿Y tú?—su compañero negó, aferrándose a la maleta. Hyunjin pensó en qué hacer, él también estaba nervioso.
—Saldrá bien, todos piensan que es real—no mintió, cuando se separaron unos minutos y los revisaron de manera individual, los oficiales no dudaron de que el hombre al otro lado de la puerta era su omega, que olía a él.
Seungmin olía a él.
Se sintió como un bastardo, porque su ego creció y creció sin poder detenerse. Cuando llegó al lado de Seungmin le toco el cuello con los nudillos, disfrutando de las expresiones de los italianos que rodeaban al más bajo en la sala de espera.
—Fanfarrón—le dijo Minho al lado, que estaba vigilando que llegara el vehículo que los llevaría a la costa. Seungmin estaba demasiado distraído como para fijarse en la conversación de atrás.
—Celoso—Hyunjin creía que el guardaespaldas de Seungmin era... simpático, pero no le gustaba que fuese así de cercano, no cuando estaban en plena unión. Podía aguantarse un par de días sin abrazarlo, un par de días que calmaría lo que sea que hacía a Hyunjin alterarse.
—¿Yo? Ver a Seungmin con la mordida fue ver a mi hijo haciéndose mayor, cosa que me enoja, él aún está pequeño—Hyunjin le lanzó una mirada despectiva, Seungmin era un adulto.
—¿Te molesta que haya tomado está decisión?
—En parte, pero me gusta verlo...seguro.
—Lo cuidaré—declaró analizando a Seungmin, que movía los pies ansioso por el asfalto.
—Lo sé, y en caso de que no lo hagas, estoy yo para hacerlo—Hyunjin tragó duro, avanzando hacia el omega con un diminuto tic en el ojo. Había entendido la indirecta de Minho, con mucha inteligencia el otro alfa se refería a que cuando todo esto terminara, el único que continuaría protegiendo a Seungmin sería él, como un alfa.
—¿Qué sucede?—se crispó al oír la voz suave de Seungmin, era todo explosión y cosquillas.
—Tranquilo, pulguita—le acarició la coronilla sonriendo, transmitiendo la calma—Saldrá de maravilla, ya verás.
—¿Tú crees?—Hyunjin asintió, acercándolo a su pecho—Ojalá podamos descansar en el crucero, pero tengo el presentimiento de que nos invitarán a cenar a sus mesas, querrán investigar sobre ti, sobre nosotros y
—Y les diremos que estamos enamorados—fue difícil decirlo—nos creerán, llegaremos a tierra firme sanos y salvos, caminaremos a esa reunión con tu familia, asumirás el poder de la junta y volveremos a casa con el trabajo hecho—en sus brazos estaba cálido, cálido y con aroma a miel, a pastel, a césped y a lluvia.
Hyunjin lo olfateó confundido, causando la risa del contrario.
—Sí, sí—se contagió de la risa, aún pensando en lo que había olido—Será como eso.
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𝐛𝐢𝐭𝐞/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿ
FanfictionSeungmin, un meticuloso omega, contrata a Hyunjin para que le muerda el cuello, un alfa pobre y humilde que hará lo que sea para cumplir con el contrato. Un viaje en crucero por Italia, una semana y media controlando los impulsos de una apresurada u...