13

1.3K 261 131
                                    

Hyunjin estaba cansando y emocionalmente deprimido. En el instante en que Seungmin pronunció violación sintió su alma caer, junto con lo poco o nada que le quedaba de control. Había agarrado el rostro de Seungmin entre sus manos sintiendo el terror de imaginar que justo a él le había sucedido una cosa tan horrible, y cuando Seungmin con una sonrisa le susurró que estaba bien, que no fue la víctima, todo el peso del mundo en su espalda desapareció.

Ahora de camino a la popa para respirar aire puro pensaba con seriedad en los últimos sucesos ¿Por qué tuvo tanto miedo? Está bien, no quería que Seungmin hubiera vivido aquello, y en defensa, no le deseaba a nadie esa experiencia, pero la calma que llegó a su cuerpo luego de escuchar por sí mismo que Seungmin estaba a salvo fue la gota que derramó el vaso de su negación.

—¿Tienes frío?—intentó hablar, pero Seungmin se adelantó y le abrazó con fuerza. Hyunjin se quedó quieto, sintiendo el calor recorrerlo—Perdóname.

—Tranquilo, solo estoy... procesando—Seungmin escondió la cabeza en su pecho, haciendo cosquillas con su cabello en la barbilla de Hyunjin—¿Sabes? Aunque intente guardar mis sentimientos, sé que me estás abrazando por lo mismo.

Era difícil guardar un secreto entre ambos, no uno que contenía ese nivel de emociones.

—Debí explicarlo de otra manera—Hyunjin le obligó a levantar el rostro; con ambas manos a los lado de sus orejas mientras disfrutaba de los delicados dedos de Seungmin alrededor de su tórax, mirándose y juntándose en sincronía. Los finos cabellos cafés de Seungmin se movieron por el viento, causando la sonrisa al tenerlos sobre los ojos.

Hyunjin se removió, tenía algo extraño en su estómago.

—No quiero que te acerques a él—murmuró quitando los cabellos de encima, quería ver los lindos ojitos de Seungmin a la luz de las estrellas.

—Lo sé.

—No quiero que él se acerque a ti—aclaró—Te protegeré.

—Muchas gracias—Seungmin sonrió con ternura, su aliento olía a miel. A Hyunjin de hecho no le gustaba la miel, pero tenía las increíbles ganas de sumergirse en esa dulce sensación que le inundaba cada vez que Seungmin estaba a su lado—Mañana será un día pesado.

—Ni me lo digas—se quedaron observando con curiosidad, era una noche fresca en el mar. Hyunjin quiso reír cuando Seungmin toqueteó el cuello de la camisa, buscando en su piel la mordida que le dejó por la mañana cuando llegaron—Malas noticias pulguita, no duran.

—Las haré durar, ya verás—humedeció sus labios al oírlo, quería sumarse también—¿La mía está?

Hyunjin reprimió el quejido, Seungmin no tenía vergüenza.

—Sabes que está—susurró con pesar, negándose a ver el cuello descubierto del más bajo. El tacto de Seungmin en su abdomen se incrementó, se estaba acercando más.

—Pudo borrarse. No sé, quizá tienes que hacerlo otra vez—Hyunjin nada más debía bajar las manos, estaba a unos centímetros de la glándula de Seungmin para verificar la mordida. No había razón para revisarla, estaba allí, ambos lo sabían, no sé borraría.

—No es justo, tú quieres aprovecharte de mí—Hyunjin no se reconoció, no era la clase de hombre que se dejaba llevar por una broma.

Pero tal vez esto no es una broma.

—¿Aprovecharme?—soltó el cuerpo de Seungmin y dejó las manos atrás, apoyándose en la baranda y dejando que por inercia el cuerpo de Seungmin chocara en el suyo. Los dedos del más bajo no lo soltaron, tan solo los separaba unos cuantos centímetros.

𝐛𝐢𝐭𝐞/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora