En mi mente

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Valentina Carvajal

Escuchaba hablar a Elena y miraba con atención las indicaciones que le daba, a su vez tomaba apuntes en el IPad que por suerte siempre cargaba con ella, no quería que se le escapara ningún detalle, de esto dependía su vestido de bodas y no iba a ponerlo en peligro por nada del mundo. Así transcurrieron un par de horas, ya parecía la sombra de la asistente de Juliana, quien le permitió atender algunas llamadas para confirmar que había entendido cada detalle.

—Muy bien Valentina, eres una excelente aprendiz— le dijo una sonriente Elena, a lo que Valentina se limito a sonreír —¿Crees que puedas cubrirme unas 2 horas como máximo? Tengo que ir por unas telas, si no voy hoy mañana estaré despedida— pidió la rubia.

—Claro, anda... pero ¿no hay nada que no me hayas enseñado y pueda hacer falta en este tiempo?— pregunto Valentina.

—Mmmh...no, llamadas, citas y responder correos es todo lo que necesitas saber para sobrevivir 2 horas aquí, muchas gracias— dijo Elena y se apresuro a tomar sus cosas para luego salir casi corriendo del lugar. 

—Vamos Val, ¿qué podría salir mal?— se pregunto a sí misma y luego se sobre salto al oír el teléfono del escritorio sonar, pero rápidamente lo levanto para contestar. 

Luego de entablar un corta y algo extraña conversación con Juliana, se apresuro en dejar el escritorio que estaba usando para ir a preparar el café que le había solicitado. Mientras caminaba por los pasillos de la instalación, se preguntaba como Elena había olvidado ese gran detalles, era evidente que Juliana bebía cafés gran parte del día. 

Se demoro un poco en encontrar el área del comedor, aquel lugar era mucho más grande de lo que parecía. Una vez logró dar con el comedor de inmediato puso a calentar el café que había preparado en la cafetera,  por otro lado tomo un vaso de café, y luego preparó todo para cuando el café estuviera listo y espero alrededor de 2 minutos. Con bastante cuidado sirvió la bebida caliente, añadió algo de leche de coco y finalizo con una cucharadita de miel para luego poner la tapa, así evitaría que se enfriara y además el tener un accidente. 

Recorrió las oficinas de regreso hasta la única en el lugar que tenia la puerta cerrada, en la puerta tenia una pequeña placa con el nombre de Juliana, lo observo antes de abrir la puerta y le hizo sonreír. "Para ser diseñadora, este lugar es algo aburrido" pensó y rápidamente se adentro en la oficina.

—Aquí esta tu café Juls— dijo, de nuevo sin pensar y con la vista fija en el café, que sostenía en su mano, para evitar derramar.

—Gracias...y Valentina— menciono la diseñadora mientras Valentina dejaba el café sobre el escritorio y tras escuchar su nombre de inmediato alzo la vista —Mi nombre es Juliana, agradecería que me llamarás así— murmuró Juliana con el mismo tono que había usado un momento atrás. 

—Oh claro, lo lamento Juliana, no se volverá a repetir— nuevamente tenia la mirada en cualquier lado, menos en la mujer que había tras el escritorio, entendía que no eran amigas, pero solo trataba de ser amable —¿necesitas algo más? disculpa ¿esta bien tratarte de tú o prefieres el "usted"?— preguntó y por un momento su voz se escucho débil. 

—No Valentina, haber no lo dije para hacerte sentir mal o mucho menos, solo prefiero mantener un trato formal en el trabajo y si tranquila, puedes tratarme de tú... tampoco es que sea una anciana— dijo Juliana usando un tono de voz menos serio que antes.

—Bueno, entonces ¿me puedo retirar?— pregunto Valentina quien ahora usaba el tono más seco que podía.

Mientras escuchaba hablar a Juliana no podía dejar de pensar en por que le molestaba tanto un simple diminutivo de su nombre, pero pese a su curiosidad prefirió no preguntar y solo limitarse a responder o preguntar cosas asociadas a lo que sea que iba a estar haciendo para ella dentro de unos días. 

Destino - JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora