Celulares y llamadas...

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Juliana Valdés...

Tras salir del hotel donde había pasado horas planeando con Valentina, consiguió un taxi de inmediato, le indicó donde iría y se relajo en el asiento trasero. Estaba en una de sus ciudades favoritas, le gustaba mucho pasear en auto, aunque el viaje fue corto pues solo un par de minutos después el chófer detuvo el vehículo y ella pudo descender.

—Buenas tardes, tengo una reservación— murmuró la joven luego de haber entrado al restaurante —Para dos, a nombre de Juliana Valdés...— dijo en Francés al muchacho que la atendía.

—Su acompañante la está esperando, sigamos.— indicó el muchacho, para luego comenzar a caminar por un costado de las mesas del lugar.

Pese a ser la hora del almuerzo no había mucha gente, la música era suave y aroma del lugar era exquisito, lo cual le abrió aún más el apetito a la mexicana, quien caminaba observando a su alrededor, era primera vez que estaba en ese restaurante, pero le parecía tan acogedor y elegante.

—¡Aria!— dijo de inmediato al observar a la joven sentada observando su celular —Muchas gracias— le susurró al muchacho quien luego de entregarles el menú se retiro a un par de metros. —Lamento haber llegado tarde, mis tiempos son muy limitados y bueno, aveces me concentro tanto que dejo de pensar en el tiempo. ¿Llevamos mucho esperando?— preguntó luego de acomodarse frente a la joven.

—Tranquila, no tengo más que hacer así que puedo esperar el tiempo que sea...— murmuró con una calidad sonrisa— Creo que como 10 minutos, no es tanto... te estaba llamando antes por que no estaba segura de la dirección ni tampoco a nombre de quien estaba la reservación, pero supe como resolverlo— soltó una suave risa e hizo una mueca con su cara.

—¿Me llamaste? No escuche para nada mi celular— dijo Juliana mientras buscaba el aparato en su cartera —espera... este no es mi celular—

—¿Cómo? Estaba en tu cartera Juliana.

—Sí, pero no es mío, es de...— el celular en la mano de la castaña comenzó a sonar y Juliana frunció el ceño al ver de quién se trataba "Mi Amor" ponía en la pantalla.

—¿De quién es?

—Dame un minuto.— dijo Juliana y se levanto a toda prisa, presionó para contestar la llamada y comenzó a caminar en dirección al baño del lugar —Buenas tardes, sí... lo lamento pero Valentina no puede contestar ahora, ¿deseas dejarle un mensaje?

Una vez entró al baño, cerró la puerta con seguro detrás de ella y se quedó mirando si reflejo en el espejo mientras seguía con el celular en la oreja.

—Habla Juliana, supongo que sabes quien soy, Luciano— dijo con un tono bastante serio —La misma, su diseñadora y actual jefa...— mencionó tranquilamente, pero recibió un gran grito desde el otro lado del celular— Cálmate, no lo digo por que ella este modelando, ella es una de mis asistentes ¿no te lo dijo?—

Su expresión en el espejo era seria, la vista fija en ella misma y con su mano libre comenzó a recorrer el borde del lavamanos.

—Deja de gritar, creí que tenias los detalles...— murmuró mientras rodaba los ojos— Luciano ella no te pertenece, es una mujer libre y muy inteligente... estoy segura que lo sabes y es a lo que más temes— apretó la mandíbula y el borde del lavamanos al punto que sus nudillos se tornaron blancos. —¡Cállate y escúchame! Los detalles de por qué tengo su celular son irrelevantes luego ella te lo explicara, solo quiero que te graves una cosa en tu pequeño cerebro... Valentina es una gran mujer y no voy a dejar que la sigas manipulando, anda con cuidado, tengo muchos informantes en México y tranquilo, la corbata que olvidaste en el hotel la llevarán directo a tu despacho, le diré a Val que llamaste— Juliana sonrió mirándose en el espejo y luego colgó la llamada.

Destino - JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora