Una mañana en Paris...

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Juliana Valdés...

07:00 am. ¡Click! ¡Click!

El sonido puntual del despertador de Juliana se escucho en toda la habitación lo cual la hizo moverse entre sus cobijas mientras hacía algunos ruidos extraños con su boca en señal de quejas por que había despertado.

—¿Juliana? ¿Qué es esa forma extraña de despertar que tienes?

Rápidamente sus ojos se abrieron y con su mano quito los cabellos que habían en su rostro, mirando hacia la voz que le había hablado.

—¿Valentina?— preguntó evidentemente confundida.

—La misma, ¿no te acuerdas que me invitaste a dormir aquí?— dijo Valentina quien se veía radiante, ni parecía recién despertada.

—Mmmh... ¿tu y yo...?— intento preguntar Juliana.

—¡Estas loca! Solo hablamos y luego te dormiste...intente irme dos veces pero en ambas no me soltaste la mano, así que me di por vencida y me dormí aquí— explico la ojiazul.

Juliana permaneció mirando a la nada por un segundo, en un vago intento de recordar todo lo que había ocurrido la noche anterior.

Lo que paso en el bar...
Luego subimos a la habitación...
Comenzamos a hablar...
Negro...
Ella me beso.

¿ELLA ME BESO?  Estas loca Juliana.

—Deberías saber que hablas dormida Juliana y eres muy divertida— soltó Val para quebrar el silencio que se había producido en la habitación.

—¿Qué te he dicho?— preguntó una Juls aún distraída.

—Mmmh tal vez no debería decirte y quizás chantajearte luego...—

—Valentina, dime...— Dijo la diseñadora con expresión muy seria.

—Ya no me asusta el que frunsas el ceño, Juls y no, no te diré aún...¿soñaste algo?— preguntó finalmente.

—Sí, creo... ¿por qué? Dime que fue lo que dije Valentina—

—¿Acaso Juliana Valdés me esta suplicando... nuevamente?— preguntó Valentina.

—¿cómo que "nuevamente"?— Juliana salió de la cama y camino por la habitación simulando buscar algo —¿Cuando te rogué? ¡Valentina deja la tontería!

Valentina se levanto de la cama e ignorando por completo las palabras y preguntas de Juliana camino al baño de la habitación, donde cerró la puerta inmediatamente tras entrar.

—¡Joder Valentina que inmadura eres!— dijo con malhumor Juliana mientras se vestía con la ropa que había sacado de su maleta.

Nada muy elaborado, simplemente se puso una sudadera blanca, unos pants a juego y sus tenis favoritos. Busco además entre sus cosas unos lentes negros, tomó su celular y algo de dinero, para luego abandonar la habitación soltando un portazo al salir.

Tras 10 minutos caminando a las afueras del hotel, llegó a un precioso parque, el clima era fresco y la brisa parisina chocaba con sus mejillas frías. Juliana miró a su alrededor, no había mucha gente por lo que era el lugar perfecto para aclarar su mente y tratar de recordar lo que había pasado durante la noche. Logro identificar una cafetería que estaba justo frente al parque y no dudo en ir para beber un buen café.

Luego de ordenar, opto por sentarse en una de las mesitas que estaba en el exterior, pues así podría observar lo que había fuera, el parque y las flores que era lo que más destacaba.

—Ay Juliana, ¿cómo vas a haber imaginado lo que paso anoche?– se preguntó para si misma mientras negaba con su cabeza.

El sonido de un mensaje la distrajo de sus pensamientos y rápidamente sacó el celular del bolsillo de la sudadera.

Destino - JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora