Búscame o vete

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Juliana Valdés...

Sin pensarlo demasiado había casi corrido a la habitación de la ojiazul, no hizo más que golpear la puerta cuando esta se abrió y Valentina salto a sus brazos con la cara bañada en lágrimas. Juliana la rodeó con ambos brazos y la preocupación aumento dentro de ella.

Una vez entraron en la habitación, la diseñadora intento calmar a Val, pero era casi imposible, pues esta solo lloraba y sollozaba sin parar en su pecho.

—Tranquila Val, estoy aquí...— susurró Juliana en un vago intento de calmarla —¿puedes contarme que sucede? Estoy tremendamente preocupada...

Valentina se alejó apenas y limpio sus lágrimas con los puños de su suéter, mientras intento regular su respiración. Juliana tomó su mano y la guió hasta el borde de la cama para que pudiera sentarse, rápidamente se acerco a la pequeña nevera junto a la mesita de noche  y saco una botella de agua para ofrecerle a Val.

Así fue como poco a poco la ojiazul se fue calmando hasta contarle todo a Juliana, no sin volver a derramar lágrimas mientras hablaba de su papá o la solución al problema. Juls por su parte la escucho con total atención, con una expresión seria, pero sin dejar de acariciar los nudillos de la contraria.

—¿Y tú que piensas hacer Val?— preguntó una vez que Valentina terminó de hablar y parecía visiblemente más tranquila.

—No tengo idea...solo sé que no puedo darles la espalda, son mi familia— explico Val.

—Lo sé y se que no lo harás, pero no pueden obligarte a que te cases... debe haber otra solución.

—¿Cuál? Yo no puedo pensar en ninguna.

—No lo sé, Val— la diseñadora soltó un suspiro y se levantó desde donde estaba.

¿Cómo era posible que la única solución iba ser que Val se casará con ese imbécil? No podía aceptarlo, no iba a aceptarlo. Mucho menos perder a Valentina. Llevaba mucho tiempo sin sentirse más que atraída por otra persona, habían pasados años desde que le había dicho "te amo" a alguien y si bien, no se lo dijo como tal lo escribió en un mensaje y era verdaderamente como se sentía.

No supo cuándo se había comenzado a sentir así por Valentina. Quizás cuando la acompaño durante su peor crisis precio al inicio de los desfiles, quizás cuando la cuido y acompaño después de la desagradable experiencia en el bar, quizás cuando acepto ser su asistente, quizás cuando la vio algo borracha en el avión, quizás cuando tuvieron su primer encuentro sexual. Definitivamente no lo sabía con certeza, pero si estaba segura de que la amaba y no iba a dejar que se casará con él estúpido de Luciano.

—Tendré que casarme.— soltó Valentina.

—¡No!— dijo fuerte Juliana haciendo que Valentina levantara a vista sorprendida.

—No me queda de otra, así podre salvar a mi familia y podría ser durante un tiempo... luego le pido el divorcio y listo.

—¿y listo? ¿Tú crees que ese imbécil te dará el divorcio así tan fácil?

—¿Qué más puedo hacer? Estoy entre la espada y la pared Juliana, debo hacerlo por mi familia.

—¿Y yo...nosotras?— preguntó Juliana en un susurró.

—No puede ser... además tú no crees en las relaciones, no quieres compromisos.

—Valentina eso...

—¿Qué?

—Mmh... eso cambió— la castaña se acercó a Valentina, con cuidado la tomo desde su barbilla para que la mirase. —Estoy enamorada de ti...—

—Ju... uhm...yo...— tartamudeo la ojiazul mirando fijamente a la castaña.

—No espero que digas nada, solo creí necesario que debías saberlos antes de que tomes una decisión— dijo de forma sincera — Sí decides casarte con Luciano, no volverás  saber más de mí y espero que seas feliz.

—Juliana...— Valentina intento hablar pero Juls la detuvo.

—Sí decides no casarte, te prometo no descansaré hasta que juntas encontremos una solución para tu familia— explicó Juliana mientras deslizaba sus nudillos por la mejilla suave de la ojiazul mientras cerraba sus ojos —pero no me pidas que te espere si te casas, no lo haré, supongo que dolerá, pero podré vivir con ello.

—No sería tan egoísta de pedirte que me esperes. Juliana yo no quiero perderte, pero entiendo tu posición...agh— se quejo la ojiazul y nuevamente las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas —Estoy muy confundida, no puedo pensar.

Juliana la observo y aunque se moría por abrazarla y besarla hasta que se tranquilizara, pero preferia alejarse y darle el espacio para que pudiera decidir.

—Te dejaré para que puedas pensar tranquila, estaré en mi habitación...— murmuró mientras se inclinó para dejar un beso en su frente —Sí decides tomar mi ayuda búscame, de lo contrario si lo elijes a él solo vete, por favor. Te quiero guapa.— finalizó para luego alejarse de la ojiazul y salir de aquella habitación.

Mientras caminaba de regreso a su habitación miro hacia atrás con la esperanza de ver a Valentina venir tras ella, pero simplemente había soledad. Sintió una extraña sensación de vacío que atravesó todo su cuerpo y pudo sentir como sus ojos se llenaron de lágrimas, por lo que mordió la cara interna de sus mejillas para contenerlas.

"Basta Juliana, ella no ha tomado una decisión aún" pensó en un intento de tranquilizarse, pero fue inútil, algo dentro de ella estaba segura de que Valentina se iría con Luciano. Y pese a que era algo difícil de aceptar, tenía que comenzar a hacerse la idea de no volverla a ver nunca más y continuar con su gira por los países que le quedaban.

Destino - JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora