Capítulo 20

232 32 5
                                    

           - ¿¡Qué quieres que haga qué!?

El segundo año comenzó parecido al primero. Tranquilo y como debería ser una escuela, de vez en cuando el dúo de Black y Potter causaban problemas, pero nada que no se pudiera resolver rápidamente.

Hablé con McGonagall sobre ese tema. La jefa de Gryffindor, cual leona los defendió a muerte, tuve que recordarle que le hablaba como una adulta que presenció todo lo ocurrido, incluso llegando a ofrecerle visualizar mis recuerdos de ser necesario. Lo fue. Después de mostrarle todos los recuerdos terminamos hablando con más tranquilidad, y me sorprendió que se disculpara (al menos en mi experiencia era sumamente raro que un adulto se disculpe), como disculpa me ofreció tutoría para cualquier proyecto independiente que quisiera intentar.

Ni bien mencionó las palabras "proyecto independiente" me paralice. Supe de inmediato que Dumbledore le comentó sobre mis pequeñas investigaciones. Maldito viejo chismoso, una razón más por la que no suelo confiarle secretos a los adultos (nunca le dije que fuera un secreto, ¡pero estaba implícito, carajo!).

Al verme tan quieta la profesora tuvo la audacia de reírse, y me recordó que los proyectos extracurriculares no eran algo raro.

Decidí tomar la oferta de la profesora, después de todo, había una cosa que quería aprender, pero nunca tuve la oportunidad de pedírselo, y así comenzaron mis lecciones para convertirme en animago. 

McGonagall fue más exigente que en cualquier clase que me haya dado antes (contando tanto las del corriente año como las de mi propio tiempo), recordándome permanentemente los riesgos de lo que quería lograr.

Fueron semanas difíciles, pero cuando conseguí mi objetivo todo valió la pena. Ninguna de las dos lo podíamos creer, pero ahora podía cambiar de mi forma humana a un guepardo y viceversa sin problemas. Cuando la jefa de Gryffindor se aseguró de que todo funcionara como debía, me hizo prometer que me registraría cuando se solucionara mi situación.

Le dije que lo haría, pero no pensaba hacerlo hasta que terminara la guerra. No era un animal que pudiera pasar desapercibido, pero era una pequeña ventaja que podría salvarme la vida en algún momento y no pensaba perderla.

Claro está que debí prever que ella se lo contaría a Dumbledore.


      - ¡No puedo hacer eso!


       - No veo el problema, con la receta de la poción matalobos que amablemente compartiste.


Cosa que comenzaba a arrepentirme de haber hecho, 

¿y cómo que no ves el problema, viejo chicato?


     - Sumado a que Minerva me comentó que lograste una transformación de animago exitosa.


¡LO SABÍA!


       - No deberías tener problemas para manejar la situación. Haz probado ser capaz de manejar casi cualquier inconveniente con prudencia.


¡Ni creas que halagarme me convencerá! ¿y cómo que casi cualquier inconveniente? ¡modestia aparte, merezco un premio a la paciencia!

Viejos Conocidos  (Severus x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora