Finalmente el tan esperado día había llegado. Volvería a Hogwarts en solo unas horas más. Después de un mes de espera, por fin regresaría al castillo.
Estaba en conflicto conmigo misma. Por un lado, no podía esperar un segundo más. Mientras que por otro no quería volver al lugar donde...
Donde recibí esa noticia.
Había tomado el consejo de Tom y hablé con él poco a poco sobre aquello. Me sorprendió que realmente escuchara e incluso me diera palabras de apoyo, no las típicas palabras vacías que escuchamos una y otra vez en estas situaciones... él entendía y lo decía en serio.
No hace falta ser un genio para saber que tuvo sus propias pérdidas.
Nos acercamos bastante. Hasta el punto en que podría considerarlo un amigo... pero no quiero aferrarme a una idea errónea en caso de que no sea mutuo.
Creo que por eso no estoy en la casa de los osados leones.
Siempre me costó arrojarme a lo desconocido y tomar riesgos sin pensarlo un par de veces. Creería que las pocas ocasiones en que lo hice fue porque no tenía otra opción.
La gente, por lo general, te dice que pararte a pensar un segundo más las cosas te ahorrarán muchos problemas. Pero, si bien me evitó malas situaciones también me privó de otras experiencias.
Debería existir una forma de mantener un equilibrio entre ambos.
Toc... toc...
_ ¿estas presentable?
Escucho la voz amortiguada de Tom detrás de la puerta.
_ ¡Sí, pasa!
_ ¿Te volviste a dormir? Ya perdí la cuenta de cuantas veces te llamé.
_ lo siento, estaba pérdida entre pensamientos.
_trata de perderte menos que se te va a ir el tren y aún tenemos que pasar por un lugar antes de irnos.
_ ¿Oh? ¿a dónde?
_ Si te mueves lo sabrás.
_ bueno. Bueno. Que carácter.
Encogí mi maleta y lo seguí al callejón Diagon. Quizás Tom necesitaba reponer ingredientes.
Ya no había tanta gente como en días anteriores, así que podíamos ver con mayor claridad los puestos y sus mercancías.
No fue hasta pasar el quinto puesto de ingredientes de cocina que comencé a preocuparme.
¿Qué es lo que buscaba Tom?
Se lo pregunté para poder ayudarlo, ya que lo vi tan preocupado como yo. Pero no me contestó.
Pasamos unos puestos más y entonces se detuvo volteándose hacía mi con una sonrisa en su rostro.
_ ¡bueno! ¡aquí estamos!
_Tom...
_ ¿Si?
_ ¿Por qué estamos en la tienda de mascotas?
Dije mirando sin entender la tienda frente a nosotros. Nunca pude tener una mascota ya que mi padre era muy alérgico y a mi madre no le gustaban los gatos, mucho menos las ratas o los sapos. Las lechuzas también fueron descartadas al vivir en un barrio muggle.
Muchas veces fantasee con la cara de mis vecinos al ver una lechuza mirándolos fijamente desde mi ventana a todas horas. Por supuesto que la entrenaría para perturbar a la gente, ¿quien no lo haria?
La mujer saca provecho de su cuello de jirafa para echarle un ojo a las vidas ajenas para luego hablar de ello con su grupo de quismosas. Mi mamá y yo la encontramos muchas veces tratando de husmear por nuestra casa. Pero mamá nunca la dejó entrar más allá de la puerta, así como tampoco me dejó acercarme a la casa de ellos cuando tuvieron a su hijo.
Igualmente no es nada comparado a los pomposos e insoportables del marido y el hijo de ésta. Ambos prepotentes y bravucones. Papá los dejó en evidencia por su mala educación una vez y desde entonces trataron de competir con él. Pero nunca fueron lo suficientemente rápidos.
¿Se nota demasiado que nunca me cayeron bien mis vecinos?
Sólo un pequeño detalle me llamó la atención. Desde hace unos años que veo a otro niño con esa familia. Pero ellos nunca hablan de él. Casi como si pretendieran que no existe.
No me extrañaría que lo trataran como un paria.
_ niña... niña.
_ ¿si?
_ ¿No te gustan los animales? Tenías una cara de disgusto hace un momento.
_ oh, no. Siempre quise tener un compañero. Solo pensaba en la cara de mis vecinos si vieran algunas de estás criaturas.
_ no te agradaban mucho por lo que veo.
_ no, realmente no. ¿Pero por qué estamos aquí? ¿piensas conseguir un ratón para que te haga compañía?
Le dije a modo de broma.
_ los roedores y los negocios no se llevan bien, niña. ¿cuantas veces tengo que decírtelo?
_ que lastima, hasta pensaba en llamarlo Jerry.
_ ¿...otra de tus referencias muggle?
Dijo mirándome divertido. A menudo las hacía y terminaba frustrándome porque casi nadie las entendía.
_ Sí. Algún día te mostraré un televisor muggle y ya no tendrás excusas para no entender mis referencias.
Le dije haciéndolo reír. Cuando de repente escuchamos una conmoción y el ruido de cosas cayéndose y animales alterados desde el interior de la tienda.
Nos miramos debatiendo en silencio el entrar o no.
Más no tuvimos que hacerlo pues un ave de gran tamaño voló directo hacía nosotros.
Esperen un segundo, ¿ese no es...?
¡FAWKES!
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Viejos Conocidos (Severus x Lectora)
Fanfic- Si esto es una broma... Me dijo casi en un susurro. - ¿Soy una broma para tí? Le respondí en un tono suave. -- El mundo de Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a J. K. Rowling.