Los siguientes días pasaron con relativa tranquilidad. Tom, el cantinero, fue muy amable conmigo e incluso me ofreció trabajo como camarera hasta que encontrara algo más. Tardé un poco en adaptarme, pero logré llegar al fin de semana sin romper ni derramar más que una taza.
El director comenzó a venir todas las noches a cenar, a veces traía información relevante de la época, otras solo venía a charlar. Me daba la impresión de que más allá de su personalidad sociable se sentía solo. Era eso, o era una forma de vigilarme.
Sin importar la razón, ayudaba a mantener a mi mente tranquila.
Sobretodo a mantenerla lejos de ciertos pensamientos.
_ Lo está haciendo de nuevo, señorita - me dijo Tom sin quitar la vista del vaso que estaba limpiando.
Me apresuré a terminar de acomodar las mesas y barrer el piso, antes de sentarme en la barra junto a él.
_ Mis disculpas...
_ No hay necesidad de disculparse. ¿Quién no tendría la mente ocupada con todo lo ocurrido? - dijo y guardó el vaso bajo el mostrador- Sé que no tenemos la confianza suficiente, pero si necesita algo...
_ Te lo agradezco, pero ya haz hecho mucho por mi al aceptarme como empleada y como huésped.
_ Me refería a que si quisiera conversar con alguien en algún momento. Sabe donde encontrarme. Es parte del oficio después de todo -me dijo con una sonrisa. Y no pude evitar pensar en lo lindo que se veía.
_ ¿Como el tipo del saco rojo de hace unas horas? - dije tratando de cambiar el tema.
_ Especialmente como ese mago. A veces solo necesitamos alguien que nos escuche, para sacarnos aquello que lucha por salir.
Dejamos caer el tema luego de eso, pero la conversación siguió repitiéndose una y otra vez en mi cabeza hasta quedarme dormida.
Quizás un día tome su consejo. Por ahora solo tengo que esforzarme por salir del potencial desastre del que me acabo de meter.
...
El 30 de Agosto había sido el día en que el bar se encontraba mucho más concurrido de lo habitual, y no es para menos, observé a las familias entrar y salir, realizando sus compras de último momento, asi como a personas que se aprovechavan de la situación para realizar sus propios negocios, o para encontrarse con sus conocidos.
Nunca me había dado cuenta del movimiento de gente que el inicio de clases provocaba. Ya que siempre tuve la opción de pedir los libros a años superiores que con gusto ayudaban a los más jóvenes, o incluso recomendaban los mejores lugares a los mejores precios.
Me preocupaba que cuando me fuera el bar seguiría de la misma forma, no quería dejar a Tom haciendo malabares solo. Sin importar cuanta experiencia tuviera el hombre, nunca estaban de más un par de manos libres en estas situaciones. Pero él me aseguró que solo era por esa semana y que luego solo vendrían los pocos fieles al bar.
Al caer la noche, el director, como siempre, se acercó con unas túnicas estándar de primer año, junto con un estuche con varias dosis de la poción de rejuvenecimiento. Tendría que ir a la estación y realizar el mismo recorrido que los demás para no levantar sospechas. Tom ya había sido notificado y cerraría el negocio a la mañana para acompañarme.
Quise negarme, ya había hecho demasiado. Pero Dumbledore me cortó diciéndome que fue el mismo Tom quien dijo que me acompañaría.
No pude decir mucho después de eso. Continuó recomendandome que hacer y que evitar, más específicamente a que personas evitar.
No sería la primera vez que, como quien no quiere la cosa, te diría los nombres de personas que sería mejor solo conocerlas de vista.
Te recordaba a tus abuelos paternos antes de que supieran que eres una bruja.
No los volviste a ver después de aquello.
_ ¿Entendió todo? -preguntó con la mirada de "sé que no me estabas escuchando".
_ Estar preparada temprano para ir a la estación con Tom, alejarme de esas personas, buscar un compartimiento, en lo posible, vacío, no demostrar lo aprendido a menos que sea necesario, buscarlo si surge una emergencia -le contesté usando los dedos de mis manos para señalar todo lo dicho- ¿algo más señor?
_Solo quedate al margen, y estarás bien -me dijo cansado.
_ Lo intentaré.
Le dije antes de ver como desaparecía, presuntamente al castillo.
Mañana volvería a Hogwarts, no había podido ir desde que el ministerio decidió investigar aquella zona para verificar la historia que el director les contó. No pudieron encontrar la habitación, pero sí los indicios de una "anomalía temporal".
Con la cabeza apoyada sobre la almohada, no podía dejar de pensar que revisar la sala de los menesteres era una mala idea. Demasiado riesgo, y si bien el ministerio de mi propio tiempo dejaba MUCHO que desear, no tenía idea de como era el ministerio de esta época.
Solo quedaba indagar en la biblioteca cuando pudiera.
Un bostezo se escapó de mis labios antes de que todo se volviera oscuro.
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Viejos Conocidos (Severus x Lectora)
Fanfic- Si esto es una broma... Me dijo casi en un susurro. - ¿Soy una broma para tí? Le respondí en un tono suave. -- El mundo de Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a J. K. Rowling.