Enamorada de un millonario [EDM #1]

Capitulo 24

Es hora de comer esos ricos malvavisco.

-Eso es cierto, Lucy.

Stephan saca la bolsa de malvaviscos, Ian nos entrega los palitos, cada uno pone el malvavisco en el palito y lo ponemos en el fuego.

Cuando veo que creo que está listo, me lo como.

Comemos y hablamos.

-¿Cuál dios griego es su favorito o les llama la atención?

-Lucy sé que te lo he dicho muchas veces pero en verdad me encantan tus preguntas curiosas.

-Hades.

-Ian interesante el Dios del inframundo, a mí Poseidón.-dice Caleb.

-Lucy, yo podría ser Zeus y tú mi Hera.

-Amor pero Hera es la hermana mayor de Zeus.

-Lucy no importa porque ella también es su esposa.

-Dash me tientas.

-Par de románticos, a mí Atenea.

-Valeria pero tú también eres así con Ian y así somos Stephan y yo. ¿Cariño cuál es tu dios griego?

-Apolo y ¿Lucy el tuyo cuál es?

-Afrodita, lo pregunté porque hace unos días leí un artículo en la Web de los dioses griegos.

-¿Qué hora es?

-Amorcito porque lo preguntas, te irás a dormir. –dice Stephan en burla.

-No me iré a dormir sin ti.

Stephan se sienta en el regazo de Caleb y lo empieza a besar.

-Me encantan ustedes son mi pareja favorita.

-Valeria y nosotros que.

-Tontito en la lista de mis parejas favoritas estamos de primeros y ellos dos de segundo.

-Entonces ¿Qué horas son?-insiste Caleb.

Volteamos a ver a Stephan, que se está estirando y sus brazos vuelven a su regazo.

-Son las 11:30 Stephan.

-Quiero contar una anécdota no es una travesura como la de mi novio y Dash pero igual.

-Dala toda querida con esa anécdota. –dice Stephan.

-De cuando me enamoré de un chico de mi salón en la escuela.

-Sigue ya quiero saber. –digo.

–Alejandro me hacía como coqueteo medio en broma. Lo hacía a diario en la escuela, y yo caí. Me enamoré de él. Pasado un mes le escribí un mensaje en WhatsApp. Preguntando si era verdad lo que él me había dicho, de que si quería ser su novia. Me dejó en claro que no era eso lo que sentía o quería. Para serte sincera no me sentí rota. Al día siguiente él actuó como si nada, como si no hubiésemos hablado de ello. Me seguía tratando bien, de una manera tan dulce

»No faltaron compañeros que nos molestaban, pero de una buena manera. Hubo varias ocasiones que me pusieron roja con lo que decían, recuerdo perfectamente que una vez. Nos molestaban diciendo que a mí me gustaba otro compañero, por supuesto que no era cierto. Estaba enamorada de Alejandro.

Con la cara en bajo por lo ruborizada que estaba, se arremolinaba en su asiento mientras se arqueaba hacia el fuego para mantenerse caliente.

»Estaba en el corredor con mis amigos, me preguntaron ¿a quién elegía? No supe qué decir, me quedé estática y ruborizada. Después reaccioné y dije "Al que conozco mejor".