Capitulo 4

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A las 9:30, llego Mendes, lo estaba esperando afuera de mi casa, llego en una camioneta negra.

-Buenos días, señorita Gómez –dijo mientras me sentaba, en el asiento trasero.

-Buenos días, señor Mendes.

Al cabo de un rato, veo que estamos por la Quinta Avenida, por aquí los apartamentos son de lujo, eso es lo que leí en internet.

-Señorita Gómez, haz llegado a tu destino.

-Gracias, señor Mendes.

-Le puedes informar al señor Carpentier, que mi hija Sabana me invitó a desayunar a último minuto.

-Lo haré.

Subo al edificio que me indicó Mendes.

En el pasillo que lleva a los ascensores, está Dash, con una camiseta negra de tiras, que le hace notar sus músculos y sus abdominales, con un short azul, con sus tenis blancos.

Me acerco a él.

-Buenos días, Dash.

-Buenos días, Lucy, te ves tan hermosa en ese vestido rojo.

-Gracias.

Entramos al ascensor, Dash presiona el botón del número del piso.

-¿Te gustan las alturas Lucy?

-Sí, ¿por?

-Tal vez, algún día te lleve a dar un paseo en mi helicóptero.

-Me encanta la idea.

-Por ahora entremos a desayunar.

Cuando entro al apartamento, veo que la página que leí en internet estaba en lo correcto, este apto es lujoso, pero es muy agradable, se siente muy acogedor.

Dash me guía a la cocina y en la isla hay dos sillas altas, como las de una barra en algún bar o café.

-Huele bien.

-Me gustó haberme levantado para hacer nuestro desayuno.

Dash pone los platos y empieza a servir omelletts con dos tostadas, untadas de mantequilla y los chocolates.

Dash se sienta en la silla de al lado y comenzamos a desayunar.

Estoy tomando un sorbo de chocolate y pienso: "hay algo que no sepa hacer bien Dash".

-¡El mejor desayuno del mundo!-grite.

-No exageres pero me alegro que te haya gustado.

Recojo los platos y los pocillos, los llevó al fregadero y empiezo a lavarlos, también lavaré la sartén y pondré esta cocina impecable.

-Déjalo ahí, lo lavaré después.

-No, tú hiciste el desayuno, yo arreglo la cocina. 

Termine de arreglar la cocina y me doy la vuelta, veo a Dash con la mano apoyada en la isla, sosteniendo su cara y sus ojos grises me siguen hasta que me siento.

-He estado pensando, que estamos haciendo las tres citas para luego ser novios aunque puede ser solo cosa mía o qué opinas Dash.

-Opino, que me gusta lo que piensas Lucy y tal vez puede ser eso lo que nos está pasando, porque la verdad no me había dado cuenta de eso.

-Se me olvidó decirte que el señor Mendes, su hija Sabana lo invitó a desayunar a último minuto.

-Ya me estaba preocupando de que Taylor no me haya informado, porque normalmente bajaría al parqueadero subterráneo y subiría directamente a su oficina, aquí en el apartamento.

Enamorada de un millonario [EDM #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora