La Reina De Los Mercenarios

Capítulo 81 - Siguiendo tus pasos (4)

Nota del autor: Como muchos saben, llego el fin de mes, bueno fue una semana más de lo normal por eso de las fiestas, pero termino otro mes.

¡¡Me fue genial!! Bueno, en casi todas las materias me fue genial.

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"¿Aceptarás?"

Ella volvió a preguntarme, pero yo permanecí en silencio.

No es porque no pudiera responderle, era simplemente porque realmente no deseaba hacerlo, esta decisión no era algo que deseara o pudiera desear jamás, no obstante, sabía que rechazarlo podría tener sus consecuencias.

"Entiendo tu renuencia, pero hacerlo es la única forma de ayudarla, si decides rechazar esto, entonces me temo que estarás por tu cuenta."

Ella continuó presionando y yo me mantuve en silencio, si no mal recuerdo, los perdidos tenían una frase que se ajusta a mi situación, "Hacer un trato con el diablo."

"Lo siento, sin embargo, no puedo aceptar. Confío en ella y sé que me encontrará de nuevo. Aun así, no tengo por qué hacerla pasar por esto."

Finalmente, respondí, dejé salir lo que sentía, aunque ver su ceño fruncido me dejó en claro que no aceptaba mi decisión, aun así, no planeaba retractar mis palabras.

"No te entiendo, si aceptas no tendrás que preocuparte por nada, el dolor y sufrimiento quedarán en el olvido, y cuando vuelvan a encontrarse no tendrás por qué recordar estos dolorosos momentos."

Ella volvió a presionar, pero logré percibir que la impaciencia apareció en su rostro, creo que no quedaba mucho tiempo, a pesar de ello me mantuve firme.

"No lo entiendes, mis recuerdos son preciados para mí, no importa si fue sufrimiento, tortura, o lo que sea... Son míos y no quiero perderlos. Y más que nada, no deseo olvidarla."

Dejando salir mis sentimientos, finalmente una carga pesada desapareció de mis hombros, mi cuerpo se relajó velozmente y comencé a cerrar los ojos, mi conciencia estaba vacilando de nuevo.

"Realmente no entiendo a los mortales, aun así, respetaré tu decisión, aun así, te daré un pequeño regalo durante el tiempo que estés aquí."

Sentí como el calor se extendía desde mi frente hasta mi abdomen, fue una sensación cálida y por inercia me hizo abrir los ojos, pero lo que vi fue solo oscuridad, ella había desaparecido.

¡¡Clang!!

El sonido del metal contra el metal resonó en la oscuridad, y frente a mí una pesada puerta de metal se abrió revelando la figura oscura de una mujer, está con una orden hizo que un par de hombre entrarán y encendieran las antorchas, entonces finalmente la luz me permitió distinguirlos.

"Vaya, quien pensaría que la señora Thompson vendría en persona a observarme."

La mujer tendría alrededor de 30 años, se veía joven y tenía un físico bien construido, no hubo marcas en su piel y su cabello rubio estaba atado en una coleta que llegaba a los hombros.

Su rostro era un poco severo y no particularmente hermoso, probablemente la expresión endurecida fue debido a los largos años que pasó en este trabajo.