Capitulo 17 - Visitando la ciudad

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En una habitación amplia dentro de una cama matrimonial descansaba una mujer pelirroja plácidamente, en su rostro se plasmaba una sonrisa suave como si tuviera un buen sueño, pero su ropa desordenada creaba un extraño contraste dándole un ligero toque erótico.

Esto fue porque la joven solo llevaba una pequeña blusa que habia sido levantada mostrando su hermoso busto, por otro lado, en su cadera no habia un solo trozo de tela que cubriera su jardín privado, tristemente esta fantástica vista no pudo ser observada por nadie ya que la única otra residente de la habitación habia escapado momentos antes.

Naturalmente me refería a Samantha, quien, al despertar escapo en pánico, pero no sin antes dejar una nota para evitar preocupar a su compañera... o eso hubiera hecho si supiera escribir, pero debido a su deficiente dominio del idioma opto por hacer lo mismo que haría un niño y garabateo en un pedazo de tela.


Dentro de una tela gris que probablemente se usaba como un pañuelo quedaron un par de dibujos negros hechos con carbón, estos fueron un corazón, una niña con cola y una lanza, y al final una especie de estructura que parecía un templo... pero cualquiera que viera sus dibujos dudaría si le dijeran que no fue hecho por algún niño de 5 o 6 años de edad y en cambio lo hizo una joven de 18 años.

La chica dormida sobre la cama se llama Liza y sin duda estaría asombrada al descubrir que su pareja escapo al amanecer dejándole una extraña nota, sin embargo, por ahora podría disfrutar de un pacifico sueño después de estar con la mujer que ama.

Por otro lado, en las afueras del edificio se podía ver a Samantha quien caminaba un poco extraño... además se veía inquieta dando vueltas por las calles como si pensara profundamente en algo, pero no se dio cuenta que su apariencia atraía bastante la atención.


Samantha estaba vestida con una camisa holgada de Liza, pero debido a la diferencia de tamaños su busto destacaba claramente en su ropa, si bien ambas tenían una altura similar nadie podría negar que Samantha era dueña de un abundante pecho a diferencia de los más modestos de Liza.

Y para terminar debido a su prisa por salir tomo unos pequeños shorts de entrenamiento que no dejaban mucho a la imaginación, incluso ahora después de andar deambulando por más de una hora no se dio cuenta de las intensas miradas que recibió constantemente.

"Sigh. Siento que he perdido algo muy importante... mi orgullo masculino está en crisis así que debo aumentar mi virilidad..." - Se mantuvo murmurando mientras intentaba encontrar un punto de equilibrio en su mente, esto provoco que no mirara frente a ella y pronto colisiono contra un pobre transeúnte desprevenido.


¡Bang! el golpe la desconcertó por un momento, pero no tardó mucho en darse cuenta de lo que habia causado por su descuido, además el dolor en su cabeza por haber chocado con la otra parte también ayudo.

"L-lo lamento, no estaba mirando por donde iba" - con vergüenza se disculpó.

"E-está bien, también ha sido mi culpa y no me causaste daño..." - El otro involucrado en la situación era un hombre alto, quizás cerca de 190 con un cuerpo delgado y podría ser considerado muy [hermoso]. - "Nuestro encuentro bien puede ser una fortuna, deberíamos tomar algo."


El hombre estaba confiado de sí mismo cuando invito a Samantha, después de todo su apariencia bien podría clasificarse entre los mejores 10 hombres de la ciudad, en los alrededores algunos espectadores suspiraban en secreto al sentir que la joven pronto seria atrapada en las garras del tipo.

La Reina De Los MercenariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora