En las murallas de la Fortaleza Withe Steel se paraba la figura solitaria de una mujer pelirroja, ella observaba el cielo antes de voltear su mirada hacia el norte y soltar pequeños suspiros mientras pensaba en su amante que se encontraba a kilómetros de distancia.
Fue entonces que una figura diferente apareció a su lado desde el vacío del espacio, como si se hubiera teletransportado hasta ese punto de la nada.
Liza retrajo su mirada y observo a la mujer semielfa que se paró a su lado en silencio, esto provoco que las cejas de Liza se arrugaran por un momento, pero al final solo volvió a observar hacia el sur nuevamente, directo al campo de batalla desde donde los muertos avanzaban, como si la mujer a su lado no fuera diferente al aire.
"¿Realmente no lo consideraras? somos el equipo más fuerte, estoy segura de que si te unes a nosotros aumentaran las posibilidades de tener éxito en la misión." - no dirigió su visión a la pelirroja en ningún momento, pero aun así se pudo notar un poco de emoción en su normalmente fría voz.
"Ya les dije que no me interesa tirar mi vida a la basura... si están tan desesperados por ganar fama y poder pueden hacerlo por su cuenta, no me involucraré." - un tinte de desprecio en su voz dejo claras sus intenciones, esto provoco que la semielfa la mirara por primera vez desde que comenzó la conversación, solo el odio en sus ojos mostraba la ira acumulada dentro de ella.
"Eres una cobarde... si tienes miedo puedes decirlo en lugar de insultarnos... como puedes despreciarnos por hacer aquello para lo que no tienes agallas, si nosotros tenemos exito, toda esta guerra acabara." - Aunque quiso seguir diciendo más, se dio cuenta de que sus palabras solo caían en oídos sordos, ya que la mujer pelirroja comenzó a caminar lentamente a su departamento. - "..."
"¿Realmente no soy merecedora de que escuches mis palabras?" - al final la mujer solo pudo soltar un suspiro antes de que su figura desapareciera en el vacío, como si jamás hubiera estado en aquel lugar.
Por otro lado la mujer pelirroja, quien naturalmente es Liza... llego a su departamento y comenzó a preparar su cena, luego de lo cual cambio su atuendo a unos pequeños shorts combinados con una camiseta sin mangas de color negro, una vez estuvo preparada se acostó suavemente en su cama sin olvidar colocar su lanza a un lado de la cabecera.
"Realmente se siente frio... debí haberla dejado encerrada en mi habitación, de esa forma hubiera estado a salvo y mi cama no estaría fría." - Expreso Liza con frustración antes de que su mente comenzara a vagar en los recuerdos de la última noche que paso con Samantha.
El calor recorrió su cuerpo al recordar como fue su propia amante quien se entregó a ella, su piel suave, sus grandes pechos, sus caderas... al recordar el sensual cuerpo que fue suyo antes de cualquier otra persona y que sin duda nunca abandonaría no pudo evitar estirar su mano entre sus muslos.
Cuando por primer vez en su vida tuvo el impulso de buscar placer por sí misma, esto la llevo a meter la mano dentro de sus pequeños shorts que ahora tenían una pequeña mancha de humedad en su entrepierna, luego de lo cual sus dedos tocaron su pequeña hendidura.
Una corriente eléctrica paso por su cuerpo cuando el extraño sentimiento la invadió, si bien en el pasado tuvo intimidad y relaciones sexuales con Samantha, lo cierto es que en su presencia siempre creció su compañero, y esta vez por otro lado al no estar ella, solo pudo complacerse como una chica, por tanto fue su primera vez experimentando estos sentimientos.
"Nhg... Samantha..." - un gemido escapo de su boca cuando trato de adaptarse a las intensas reacciones y sensaciones de su propio cuerpo, sin embargo eso no evito que tanto los gemidos así como el nombre de su pareja comenzaran a salir.
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La Reina De Los Mercenarios
FantasySamantha se embarcá en un intenso viaje buscando su lugar en el mundo sin saber que se ha vuelto un peón para otros. Una mujer que se alzara a la grandeza, pero también oculta un secreto. ...... Mientras Sam caminaba por la calle, un destello lo go...