Ozain

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Se sincretiza con San Silvetre

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Se sincretiza con San Silvetre. San José y San Antonio Abad.
Su fiesta la celebran los consagrados en Palo Monte los día 31 de diciembre de cada año.
Es astuto.
Es tuerto, cojo y manco.
Sólo tiene un pie (derecho)
Sólo tiene un ojo (derecho)
Sólo tiene un brazo (izquierdo).
Sólo tiene una oreja muy grande por la que no oye y otra muy pequeña por la que oye
mucho.
Amigo íntimo de Shangó, a quien le da hierbas para que mate de gusto a las mujeres.
Dueño y señor de todas las yerbas, palos, bejucos de los montes, flores, árboles y hojas.
Dueño y señor de los tambores.
Osain y Shangó viven donde quiera que hay algo verde sobre la tierra.
Su símbolo es un guiro marcado con una cruz de yeso, colocado en alto, colgado, adornado
con plumas de pájaros, sobre todo de gavilán.
Sólo puede tenerlo hombre o mujer seca, o que la luna ya no le saque sangre de entre sus
piernas.
Osain es dueño de todos los colores.
Al pasar por donde él está hay que saludarlo y tratarlo con respeto, porque si no se pone
bravo.
Su alimento: sangre de gallos negros, sin que vea las plumas.
Hay que pagarle con maíz y cobre.
Es brujo por naturaleza y le dio a Shangó la misma sabiduría sobre todo lo oculto.
En prenda se llama Favorito.
Comidas: chivos, gallos, jicoteas, y todos los pájaros que hablen.
No tiene Osain principio, no nació de vientre alguno. Apareció saliendo de la tierra. No tiene
padre ni madre. Igual que la hierba, él es hijo del monte. Es el dueño incontestable de las
hierbas, es él médico y el botánico. Osain oye el andar de una hormiga o el vuelo lejano de
una mariposa. Camina a saltos o requeando como el gran Santo de los Ararás, Babalú Ayé.
Es capaz con su aché de espantar a la Ikú.
PATAKIN
Cuenta la leyenda que por cuestiones de una mujer, se disgustó con su hermano Osain-
Alabbí. Cierto día se internó en el monte por 14 días para trabajar una brujería y vencer a su
hermano con su arte. Allí, entregado nada más que a su odio y preparando su morura
(brujería), se encuentra con el Egun de su hermano, un jubo que silba y tiene secreciones en la
cola. Entonces guerrea con él y pierde el ojo que le falta. Enfurecido por este revés sigue
invocando y pidiendo contra su rival a las terribles fuerzas maléficas, las que le aconsejan
buscar en el fondo del pozo y pierde un brazo y una pierna. Destrozado y sangrando con una
mano que le queda coge un ratón, éste chilla cuando le arranca tres pelos de una de sus patas
izquierdas. Osain espera a que amanezca y le pide 3 plumas a la tiñosa preocupada le
pregunta para què las quiere. Osain le responde que para un matari, para preparar una
prenda que camine por el monte con un muerto adentro. Gracias a estas plumas, Osain vuela
y vence a su hermano Osain-Alabbí. Por esto Osain es el monte mismo, y el monte es como un
templo.
Osain es el dueño de todos los colores porque de él salen mariposas, pájaros y flores. A su
paso crecen todas las hierbas y en su piel, como en la corteza de todos los árboles, se
confunden las épocas y se mezclan los tatuajes de todas las primaveras. Sus hijos no pueden
ser blandengues ni alocados, sino serenos y firmes, tanto en la vida como en el amor.
Osain domina los vientos y la vegetación que tiene la vida y la fuerza de toda naturaleza
viva.
Su color verdadero es el verde, por ser éste el rey del monte.

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