El informante

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El pájaro voló durante horas atravesando bosques, llanuras y montañas nevadas para llegar a su destino. En los momentos finales de su viaje se introdujo entre los cuadrados de la saliente del alcantarillado, sorteando olores fétidos, telas de arañas y ratas muertas hasta desembocar en un gran pozo donde descansaba la basura de todo el reino. El lugar estaba iluminado por antorchas y contaba con mesas de madera sobre la cual había comida en mal estado y algunos pedazos de carne con olores nauseabundos acompañados de pedazos de pan con moho. Sin embargo, para el hombre que se encontraba detrás de todo ese montón de "alimento", aquello era un manjar. Ese sujeto era el mismísimo Sheamus Blackwell, o como se lo conocía "El mal en persona". Este era uno de los tantos adjetivos que le pusieron a lo largo de los años. Según las bocas de los juglares, se lo ha visto devorando tanto animales como personas al costado de los caminos. Se dice que se comía las extremidades de sus víctimas mientras todavía estaban vivas para demostrar su superioridad. Además de eso, se contaba que no le importa secuestrar y mutilar menores de edad con tal de saciar su hambre. Algunos sentían piel de gallina al oír todas las fechorías que había cometido, otros se burlaban considerándolo una leyenda más de esas que se cuentan para asustar a los niños rebeldes. También estaban los que simplemente lo dieron por muerto cuando un grupo de cazadores alardeaba de haberle dado muerte exhibiendo uno de sus supuestos dedos.

El cuervo se transformó en un hombre flaco de pelo corto, vestido con un atuendo que lo cubría desde el cuello hasta los zapatos.

-Señor Blackwell, tengo noticias importantes- dijo mirando el suelo. Por un motivo que el desconocía, Sheamus no permitía que lo miren a los ojos mientras le hablaban.

-¿Buenas o malas?- Respondió mientras se metía un pedazo de carne podrida en la boca

-Malas, muy malas-tragó en seco

-Escúpelas.

-Hace días vengo siguiendo a un viajero, un tipo sobre un caballo. Se acerca a gran velocidad por el este, parece que conoce la historia de lo que usted hizo con sus hijas

- ¿Otro príncipe azul? - Sheamus soltó una risa burlona

-Eso parece, pero esta vez ocurrió algo diferente

- ¿Qué paso esta vez, lo devoró de un bocado o primero lo desmembró miembro por miembro?

- Dana atrapó al hijo de un campesino cerca del bosque, parece que el justo pasaba por ahí y decidió ayudar. Fue al bosque y tras rastrear la zona dió con la ubicación de su hija. Tras pelear dentro de la cabaña donde ella esconde su alimento.......- Sabía que la noticia no le caería para nada bien al señor Blackwell pero por más nervioso que se ponga, debía darla- Dana murió señor.

Sheamus se levantó de la mesa y se acercó hacia su informante con los brazos unidos tras la espalda. Era una posición que él siempre utilizaba para caminar, demostraba suma autoridad. Desapareció de la vista de su ayudante. El hombre que había dejado su forma de cuervo hace unos momentos, sintió que la muerte lo acechaba a centímetros de su cuerpo, que en cualquier momento lo matarían y todo terminaría. Para su sorpresa, el señor B se detuvo frente a él para dedicarle una sonrisa de encías negras seguidas de unos dientes oscuros y afilados (era lo que Blackwell llamaba "Sonrisa feliz de saber qué es lo que se está por venir para ese hijo de puta")

-Sabes muchacho, no será la primera ni última vez que vendrás diciéndome que han matado a una de mis hijas y luego vuelvas diciendo que ha resucitado. Como sabrás, para que mis hermosas hijas estén realmente muertas, deben morir las tres a manos de la misma persona y eso...... jamás ocurrirá. - hizo un gesto de poca importancia con sus manos-De hecho, ningún príncipe azul logra pasar del primer filtro, en pocos días, Dana resucitara con la misma fuerza y vitalidad que tenía antes, como si de un ave Fenix se tratase. Eres iluso , ¿realmente creías que se las haría tan fácil?

Las Hijas Del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora