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Colocó totalmente enojado y ansioso su ropa en la cama.

Hoy tenía que sacar a relucir su atractivo en su máxima expresión, hoy no más Kyu, solamente, Kim Junkyu, era su momento de brillar.

Y vaya que lo iba a hacer.

El sentimiento de emoción era indescriptible, lo ponía ansioso pensar que al menos una vez en su vida, habría ido a una fiesta.

Esperaba no tener anécdotas absurdas para contar.

Ya después de bañarse hasta con el mejor champú, olor a "juventud", que tenía, se vistió con sus jeans ajustados, que le marcaban sus firmes y delgadas piernas, para finalmente ponerse una camiseta negra y sus botines del mismo color, con detalles plateados que lo hacían lucir algo más elegante.

Colocó bálsamo labial en sus abultados belfos, remarcando el color rojizo de éstos, junto a un exquisito perfume.

Su perfume dulce penetró a través de su piel. Aquél perfume que llevaba utilizando desde que lo descubrió.

Sí, tenía una relación tóxica de amor-odio con su propio perfume. Él mismo a veces comenzaba a replantearse su razonamiento.

Despeinó algo sus cabellos húmedos, nuevamente rojizos, pues los había teñido unas horas atrás.

Su mamá casi se desmaya cuando se enteró, la pobre mujer siempre quiso poder ver a su hijo divirtiéndose, como cualquier otro adolescente, menos Junkyu y probablemente algunos otros, así que estaba feliz.

—Cariño, te espera Jihoon abajo — la mujer lo miró de pies a cabeza, entregándole una sonrisa cálida — Te ves precioso, Kyutie.

—Gracias mamá, pero yo no soy "Kyutie" — hizo comillas con sus dedos — Soy Kim Junkyu — dijo de manera seductora y divertida.

—Ya quisieras — su madre se fue, explotando en risas mientras seguía repitiendo "K Junkyu" escaleras abajo.

Finalmente, tomó su celular y billetera, guardándolos en el bolsillo interior de su pantalón.

No llevaba nada más, pues tampoco sabía que mierda llevar a una fiesta. Estaba yendo a la primera

—Llegó el atractivo "Kim Junkyu" — las risas siguieron, incluyendo las de su madre.

—Lo sabemos, pequeño — el más alto llevó su mano hasta las rojizas hebras del menor, sacudiendo con cariño.

—Les deseo suerte chicos — la castaña se acercó divertida a Junkyu, susurrándole en su oído — No vuelves si no estás borracho, ¿eh? — dijo.

No se hacía problema si el menor tomaba un poco, porque iba con Jihoon, así que suponía que iba a cuidarlo.

—¡Mamá! — el chico gritó agudo. ¿Qué clase de madre le da esos consejos a su hijo?

La mujer solo rió. Era obvio que no quería un hijo borracho. Mientras estuviera Jihoon, todo bien.

Además, ella de joven también había tomado una que otra vez, prefería que su hijo le contase a que le ocultara ese tipo de cosas. Si ella lo había hecho, Entonces no podía juzgarlo.

—Ya, vamos señor Kim Junkyu — dijo el castaño.

Sería una noche interesante.

๑❥๑

—¿Ésta es la casa? —

Jihoon lo miró enternecido.

Su bebé estaba creciendo, aunque al parecer su cerebro no. ¿Quién mierda pensaba que las fiestas eran como charlar y beber sentados en una silla?

Casillero🍇 Harukyu (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora