Capítulo 1:

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Capítulo 1:

Solo faltaba una semana para que Isabel, mi mejor amiga, y yo nos fuéramos a Japón. Nos hacía mucha ilusión a ambas, pues desde pequeñitas soñábamos con ir a ese gran país que nos encantaba a las dos.

-¡Isabel! ¿Dónde está mi camiseta negra?- Grité desde mi habitación rebuscando entre los cajones.

-No eres más tonta porque no quieres, la llevas puesta.- Entonces miré mi cuerpo, y ahí estaba, solté una carcajada y la miré.

-No me había dado cuenta.- Susurré mientras llevaba mi mano detrás de mi nuca.

-No, si ya.- Empezó a reírse ella también, Isabel es una persona muy buena, cuando quiere claro. Vivimos juntas desde los veinte años en un piso de la gran ciudad de Madrid.

Ahora yo tengo veintidós años y ella está por cumplirlos, estamos a finales de diciembre, y un día antes de su cumpleaños tenemos el billete para ir a Japón, así amanecería con veintidós años en Japón.

A los pocos minutos empecé a desesperarme, no encontraba mi sudadera, de color blanco y verde oscuro.

-¡Isabel! ¿Dónde...?- Vi como aparecía con mi sudadera en la mano.

-Te juro por lo que más ames que la próxima vez que vuelvas a gritar cancelamos el vuelo a Japón.- Al oír eso empecé a sollozar falsamente intentando darle pena.

-No lo harás ¿verdad que no?- Pregunté con voz melosa.

-Sabes que no, sería incapaz.- Isabel empezó a reírse.

Empecé a reírme y volví a mi tarea principal, hacer la maleta para el mes que pasaríamos en Japón.

Cogí la sudadera y la metí en la maleta, ya lo tenía todo preparado.

-¿Isabel ya has acabado?- Le pregunté mientras me dirigía a su habitación.

-Me falta poco, ya sabes algo de ropa, zapatos.-

-Vamos, que te falta casi todo.-

-Para que mentirte, sí, me falta la mitad.-

-Si quieres te ayudo.- Dije con una sonrisa en mi rostro.

-¡Sí!- Exclamó feliz.

Después de terminar pasé delante del espejo de cuerpo entero, y me paré un momento a detallarme, había cambiado mucho desde los quince años.

Mi cabello ya no era de color chocolate, ahora era un rojo vino muy oscuro y lo seguía teniendo muy largo. Mis ojos seguían siendo verdes y mi cuerpo, bueno era normal.

No me podía quejar, vivía muy bien, trabajaba en un restaurante de cuatro estrellas, y para que mentir, me pagan bastante bien.

Vi como Isabel salió de la habitación y se fue al salón.

-Una semana después-

Nos despertamos bien temprano, eran las tres y media de la mañana y a las cinco debíamos estar en el aeropuerto, por mi me despertaba más tarde, pero Isabel es una de esas personas que tardan lo suyo en levantarse de la cama.

-Isabel despierta de una maldita vez.- Esta era la quinta vez que se lo repetía.

-Sí... cinco minutos más.- Me respondió adormilada.

-Eso me dijiste hace quince minutos.- La dejé dormir cinco minutos más y pasado ya el tiempo, me dirigí a la cocina, cogí un vaso con agua fría y me dirigí a su habitación.

-Despiértate en este instante o te echo encima el vaso de agua.- No era la primera vez que hacía eso y ella sabía que si no se despertaba lo haría.

-Ya voy mamá.- Respondió molesta.

Pasada media hora, yo ya estaba bajando las maletas e Isabel se encargaba de apagar todos los electrodomésticos del piso.

Partimos al aeropuerto y esperamos subir al avión.

¿Quién me diría que en Japón me pasarían tantas cosas inesperadas?

Bueno como os habréis dado cuenta he cambiado el nombre de la mejor amiga de Mika y es muy simple el por qué, me recuerda a alguien que no quiero volver a mencionar.

Aclarado eso espero que disfrutéis de la lectura.

With love:

Mihaela-Taka

Ayúdame a recordar [the GazettE//Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora