Capítulo 4:

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Capítulo 4:

Me desperté horas después, me levanté de la cama y fui al servicio.

Otra vez esa pesadilla.

Pensé al ver mi rostro con el maquillaje corrido por las lágrimas. Necesitaba una ducha bien fría y eso hice. Al terminar enrollé una toalla alrededor de mi cuerpo y fui a la habitación. Allí en la mesita de noche vi los accesorios que llevé la noche anterior. Un collar, unos pendientes y varias pulseras, entre las cuales se encontraba la de Ruki.

Me senté en el borde de la cama y cogí la pulsera entre mis manos. Mientras gotas de agua caían de mi pelo pensaba que lo que viví la noche anterior era toda mentira.

Salí de mi mundo cuando alguien empezó a llamar, seguramente era Isabel.

Me levanté de la cama y me dirigí hacia la puerta. Abrí y para mi sorpresa no era Isabel la persona que estaba allí.

-Hola.- Dijo Aoi mientras se sonrojaba.

-¿Cómo...?- Oí como la puerta de al lado se cerraba.

Esto era obra de Isabel.

-Creo que he venido en mal momento.- Dijo intentando no mirar mi cuerpo cubierto solo por una toalla.

-Espera, entra... es decir solo si quieres.- Entré a la habitación y él me siguió, cogí lo primero que vi en el armario y me fui al servicio a cambiarme. A los diez minutos estaba ya sentada en la silla delante de Aoi.

-¿Por qué has venido? Y ¿cómo has sabido que estaba en este hotel?-

-Bueno, supuse que estaríais en el centro y me dirigí hacia aquí, antes de entrar en el primer hotel vi a tu amiga.-

-Entiendo.-

Entonces ella no tiene nada que ver.

Pensé para mis adentros.

-Y respondiendo a tu otra pregunta, los chicos y yo hemos estado hablando. Y todos quisiéramos que tú trabajaras, para nosotros.-

-¿Enserio? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿De qué?-

-Espera son muchas preguntas; verás queremos que seas nuestra cocinera personal.- Abrí mis ojos sin creer lo que me estaba diciendo.

-¿Cocinera personal?-

-Sí, verás no siempre después de un concierto nos apetece ir a cenar a un restaurante; por eso hemos pensado en contratarte, solo si quieres.- Bajé mi mirada y empecé a pensar en lo magnífico que sería trabajar para ellos.

-Lo siento mucho Aoi, pero yo dentro de un mes vuelvo a España; además tengo trabajo en España.- Dije con pena. Era la primera vez que me odiaba por vivir en España, bueno la segunda vez.

-No importa, podrías venir a vivir con nosotros; obviamente te pagaremos.- Me parecía todo tan tentador, pero no podía dejarlo todo atrás así como si nada.

-Lo siento, pero yo no...-

Justo cuando estaba a punto de continuar la puerta de la habitación de abrió de golpe. Giré mi cabeza y vi a Isabel, ella con paso decidido se acercó hacia nosotros.

-Me la llevo un momento.- Murmuró antes de cogerme del brazo.

-¿No te das cuenta? esta es la oportunidad que estabas esperando; después de esto podrás abrir tu propio restaurante.- Dijo una vez que ambas estábamos fuera.

-¡Estabas espiándonos!

-Sí, pero eso ahora no es lo importante.-

-No puedo dejar toda una vida atrás solo por un capricho, tengo demasiados sueños que no he cumplido en España.- Bajé mi mirada.

Ayúdame a recordar [the GazettE//Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora