Capítulo 32

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Había tenido alguna sesión más de rehabilitación desde el desafortunado episodio que había tenido, mi desmayo. Necesitaba ver a Josh, le echaba de menos pero Ada y Charlie habían estado demasiado ocupados como para llevarnos a vernos y no quería molestar a mi madre o a Lisa, que estaban ocupadas con el trabajo y las videollamadas no eran lo mismo. El médico me había recomendado no forzarme más allá de la rehabilitación, por lo que tampoco podía ir sola.
No podía parar de pensar en lo que me había encariñando de Josh, se había convertido en una persona fundamental para mí desde que le habían ingresado.
Hoy después de mi sesión de rehabilitación había estado haciendo una videollamada con Josh y ambos coincidíamos en lo mismo, esto era una mierda. Era como si alguien se hubiese puesto en nuestra contra y de pronto una imagen y un nombre cobraron sentido en mi mente. Mi  padre. Él fue el que desde el minuto uno se había empeñado por algún extraño motivo en querer alejar a Josh de mi. Esperaba equivocarme porque aquello sumado a lo de mi madre harían que nunca pudiese perdonarle. Estaba perdida en mis pensamientos cuando una voz llamó mi atención.

—Vaya, pareces muy aburrida.
La miré algo confundida pues no tenía ni idea de quién se trataba, pero aún así ella se acercó y se sentó en mi cama. Sin duda era paciente del hospital pero no la había visto nunca, aunque tampoco es que hubiese salido mucho de la habitación. Al ver mi confusión la contraria volvió a pronunciarse.

—Oh, perdón, soy Hailey. Siempre entro a las habitaciones de los demás  como si fuese mi casa, la verdad.

Su comentario me sacó una sonrisa y me hizo distraerme de aquellos pensamientos sobre mí padre por un momento.

— Yo soy Leslie, encantada.
—Te veo deprimida. Lo capto, podría decirse que tengo ese don. Vamos cuéntame que te pasa, tengo un buen día, quizá por hoy pueda ser tu hada madrina. También es que me me aburro y quiero algo en lo que ocupar mi tiempo.
— Mi amigo Josh antes estaba en esta habitación porque yo estaba en coma y bueno, le han cambiado de habitación.
—Ay, tu eres la ex mejor amiga de la arpía esa.
—¿Y tú cómo sabes eso?
Que aquel tema hubiese llegado hasta aquella chica me daba algo de miedo. ¿Tan rápido corrían las historias en aquel hospital?
—No pienses que ando cotilleando por todas las habitaciones, cosa que hago a veces, vaya. Pero esta vez te prometo que no fue por eso. Mi compañera de habitación es Selena, la que era la otra amiga de la arpía.
Aquello ya tenía más sentido. Yo había oído nombrar a Selena, al menos una vez desde que había despertado del coma pero nunca había estado con ella, me lo apuntaría para futuras cosas que hacer, debía hablar con ella. Si a ambas nos había traicionado la misma persona debíamos unir fuertes. Hailey me sacó de mis pensamientos al hablar de nuevo.

—Bueno, ¿y por qué no vas a ver a tu amigo si tanto os echáis de menos? Y digo amigo porque no os vi juntos todavía, fijo que acabaré teniendo otra carpeta.
—Necesito a alguien que me lleve. Y no seas boba, sólo somos amigos.
—Amigos ahora, pero quien sabe después. Yo te puedo llevar.
—Dime que no eres de esas que tienen ideas locas que luego salen mal.

No pude evitar reírme cuando la contraria puso casa de ofendida pero luego sonrió.

— ¿Yo? ¿Por quién me tomas? Mis ideas siempre salen bien.
—Vale, ¿y cómo piensas hacerlo? No puedo ir yo sola hasta allí, si pudiese ya habría ido yo.
— Pues voy y me llevo prestada una silla de ruedas, vuelvo y te  llevo a la habitación de tu futuro novio.

Me reí negando con la cabeza al escuchar su comentario, sin duda aquella chica era de lo más divertida y tenía algo que me impulsaba a llevarme bien con ella pues era de lo más sociable.

—Es sólo mi amigo...
—Lo que tú digas. Entonces que dices, ¿voy a por la silla de ruedas?

Me lo pensé unos instantes y lo cierto era que ganaban las ganas de ver a Josh, le echaba de demasiado de menos como para rechazar su ayuda.

—Está bien, acepto.
—¡Tomaaaa! Esto es una misión para súper Hailey. Ole.

No pude evitar reírme ante su entusiasmo, ni que fuese ella la que va a ver a un amigo.
—Voy a por la silla, dame un ratito.
Asentí al escucharla al tiempo que la veía salir de la habitación y de nuevo me quedé sola con mis pensamientos. No pude evitar volver a pensar en mi padre. Nunca había demostrado quererme demasiado pero lo que había pasado desde mi accidente, todo lo que le había hecho a mi madre confirmaba que nunca le habíamos importado lo suficiente como su trabajo o ahora, su nueva familia.
Antes de que pudiese darme cuenta Hailey ya había vuelto y para mi sorpresa había conseguido la silla de ruedas.
—No me mires así, te prometo que no la he robado... Charlie me la prestó un rato para que te acompañase. En cuanto se lo pedí no lo dudó. Además dice que soy la mejor candidata para ser su ayudante.

Sonreí, sin poder evitarlo, sólo de imaginarme la escena de Hailey pidiéndole la silla de ruedas a Charlie.
Con cuidado bajé de la cama y tras calzarme con mis zapatillas me senté en la silla de ruedas. Antes de que pudiese decir nada Hailey ya había emprendido el camino correcto, sorprendida la observé unos segundos antes de mirar al frente. Ella pareció darse cuenta que no tardó en responder.

—¿Qué?

Ni si quiera me había preguntado qué dirección tomar, parecía sabérsela  de memoria.

—¿Cómo es que sabes a qué habitación debemos ir?
—Charlie me lo dijo. Además ya estuve allí. Pero cuando estuve Josh no estaba, sólo estaba su compañero de habitación. Estuve allí por casualidad.
—¿Conoces a su compañero?
—Tampoco mucho, supongo que como cualquier persona. Es actor. —Se encogió de hombros tras decir eso.
—¿Actor? ¿Conocido?
—Bastante conocido. Es protagonista de una serie. Mi madre la ve, se volvería loca si supiese que está aquí o si se enterase de que estuve hablando con él.

Hailey me parecía de lo más auténtica, daba gusto mantener una conversación con ella, aunque parecía ser una persona que nunca se callaba nada que se le pasase por la cabeza eso es lo divertido al fin y al cabo.
Tras un rato llegamos a la habitación de Josh. Su compañero de habitación no estaba en aquel momento, debían de estar haciéndole alguna prueba. Hailey se sentó en la cama del que faltaba y se puso a mirar su móvil aunque sabía que nos miraba disimuladamente.

—Soy Hailey por cierto. —Observó a Josh unos instantes antes de fingir que volvía a mirar su móvil.
Sonreí negando con la cabeza al tiempo que me centraba en Josh, con cuidado me levanté de la silla y me senté en su cama para poder darle un abrazo.

—¿Tu padre no volvió, verdad?

Negué con la cabeza antes de separarme del abrazo para observarle.
—No, pero eso tampoco es bueno, se que debe de estar tramando algo. Puede que él no me conozca casi nada pero yo soy capaz de reconocer cuando trama algo.
—Bueno, tu madre no le dejará y además ya sabes que nos tenéis a Lisa y a mi, aunque yo no pueda hacer mucho.
—No te imaginas lo mucho que os echamos en falta en la habitación. Ess raro, ¿Sabes? Nos habíamos acostumbrado a vosotros. Aunque bueno, mi madre me dijo que se instaló en casa de tu tía por un tiempo para no estar cerca de mi padre.
—Si, Lisa me lo dijo y creo que hace bien. En cuanto a lo otro me pasa lo mismo. Mi compañero es majo, pero no es lo mismo.
—Oí que me pondrán una nueva compañera pero tampoco me dijeron mucho.

En aquel momento Hailey volvió a hablar y tanto Josh como yo volvimos la vista hacia ella.

—Madre mía, si es que os traéis una tensión encima... El día que os comáis lo morros quiero estar presente por favor. Así tengo contenido para forrar la carpeta.

Ambos reímos negando con la cabeza. Me quede un rato más despues de aquello, pero Hailey y yo no tardamos en volver pues sabíamos que no tardarían en notar mi ausencia y no quería preocupar a mi madre por si volvía y no me veía. Josh me prometió que la siguiente visita sería la suya y con eso me quedaba más tranquila pues si lo que yo pensaba era cierto y mi padre se había empeñado en alejarnos nosotros no le íbamos a dar el gusto.

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