Capítulo 18

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Poco antes de que Pascal saliese de la habitación con su promesa de volver, Hailey volvió a entrar tras su pequeña excusa para dejarles solos. Sabía muy bien que su madre volvería pronto y que trabajaría desde allí, desde el hospital para pasar tiempo con ella, pero aún le quedaba un rato para poder sacarle Selena lo que había pasado cuando les había dejado solos. En cuanto entró por la puerta de la habitación que compartía con Selena se sentó en la cama de esta y la miró, expectante, esperando a que dijese algo.

— ¿Qué pasa? ¿Qué te dijeron las enfermeras?
—¿Qué? ¿De verdad? No tenía que preguntarles nada, era una excusa para dejaros un ratito solos. Y dime, ¿Qué pasó? ¿De qué hablasteis?
—Bueno, tampoco hablamos mucho del tema.
— Uh, ¿Entonces os besasteis?
— ¡¿Qué?! —Las mejillas de Selena se pusieron rojas al instante.— ¡No! Nada de eso…Sólo hablamos un poco y me terminé mi desayuno.
—Vaya, yo que ya estaba forrando la carpeta….Así no tengo contenido para shippear…

Selena no pudo evitar reírse ante la ocurrencia de su amiga.

—No seas boba, sólo le di un abrazo.
—Bueno, algo es algo, al menos me dais algo de contenido.
— No va a pasar nada, seguro que yo no soy su tipo, así que deja de decir tonterías.
—¿Qué? No seas boba, tú serías el tipo de cualquiera y aunque no quieras yo voy a ir preparando la boda.

Selena negó con la cabeza pero no pudo evitar reírse, sin duda Hailey era un caso.

— Bueno, ¿Y qué era lo que él no tenía que ver?

Selena se lo pensó unos segundos pero levantó un poco la manga y le mostró su muñeca. A pesar de ser algo que le avergonzaba bastante no podía evitar pensar que podía confiar en Hailey, que no iba a juzgarla y así fue pues Hailey nunca juzgaría a nadie por eso, nunca podría. Hailey sintió el impulso de abrazarla y eso fue exactamente lo que hizo, no podría ni en un millón de años imaginarse que era lo que había tenido que pasar aquella pobre criaturita.

—¿Sabes? Tu mierda es mi mierda también y juntas saldremos de esta mierda, de la de las dos, pero juntas eh, porque eso es lo que hacen las amigas.

Que Hailey la dijese aquello era lo mejor que podrían haberle dicho nunca, ni en un millón de años se merecería una amiga tan buena. Hailey sabía que había un montón de cosas que no le había contado aún , pero tendrían tiempo y ella no iba a presionarla, simplemente iba a estar ahí ya que tenía la sensación de que Selena sería la hermana que nunca tuvo.
Media hora más tarde Hailey era incapaz de no observar a su madre mientras esta estaba concentrada con el artículo del padre de la chica de la habitación de al lado. No era capaz de pensar en un  momento en el que no estuviese con Bianca, sabía que había sido duro, que las había costado llegar hasta donde habían llegado y justo cuando había llegado la estabilidad para ellas el cáncer llamó a su puerta. Cualquiera podría decirle que Bianca no era en realidad su madre, pero Hailey sentía que si lo era. Siempre había sido la mejor amiga de su madre biológica y ni un segundo dudó en hacerse cargo de ella cuando sus padres murieron en un accidente de tren. Aunque dolía, recordaba el día como si hubiese sido ayer mismo y es que ella estaba también en aquel tren. No entendía para nada al destino, ella había sobrevivido al accidente que había quitado la vida a sus padres biológicos y ahora le diagnosticaban cáncer, no le parecía para nada justo. Si tenía que morir no le daba miedo, nunca le había dado la muerte, lo que le daba miedo era dejar a Bianca sola, no se lo merecía. Ada, su enfermera favorita, había venido a avisarlas tanto a ella como a Bianca, de que tenía su primera sesión de quimio en meses. Sin duda que el cáncer hubiese vuelto era una mierda, tenía que volver a pasar por todo aquello y por si fuera poco tener que prescindir de su pelo de nuevo. Hailey pudo ver las miraditas que se echaron Ada y Charlie cuando se cruzaron a medio camino. Ahí tenía otra de sus carpetas, saltaba a la vista que aquellos dos tenían una tensión sexual no resuelta y quizá algo más. Ada se empeñaba en hacer que le odiaba, pero a ella no la engañaban ahí había algo. A pesar de que podía caminar, Charlie, el celador estrella del hospital, porque sin duda era el mejor, había venido con la silla de ruedas para llevarla a la sala de quimio. Una vez Hailey se sentó en la silla, observó a su madre unos instantes.

—Mamá, quédate trabajando de verdad, cuida de Selena, no quiero que se quede sola.

Sabía que iba a replicar, pero le hizo una seña a Charlie para que avanzase.  Avanzaron por el pasillo y bajaron a la primera planta, la cual hoy estaba bastante abarrrotada, al parecer había pasado algo, pues unas ambulancias venían con algunos heridos, algunas personas parecían no haber sobrevivido, o estaban demasiado heridas. Charlie paró la silla de ruedas al ver a Ada correr hasta las ambulancias para ayudar con los heridos.

— Quédate aquí, princesa, voy un segundo a comprobar si Ada necesita ayuda.
Hailey no dejaría que cualquiera la llamase princesa pero a Charlie siempre se lo había permitido pues era incapaz de echarle la bronca cuando él se portaba tan bien con los pacientes. Asintió mientras veía la escena que se extendía ante sus ojos. Charlie se paró delante de Ada, quien le miró con cara de pocos amigos por entretenerla.

— ¿No ves qué hay una emergencia y estoy ocupada? ¿Qué es lo que quieres ahora?
— Eh, tranquila, sólo quiero saber si necesitas ayuda…

Ada se cruzó de brazos mirando a Charlie, parecía no querer aceptar su ayuda pero a la vez sabía que no tenía otra.

—Termina de llevar a Hailey a la sesión de quimio y vuelve aquí inmediatamente.

Charlie asintió al escuchar sus palabras. Hailey tenía claro que aunque Ada no lo admitiese sentía algo por Charlie y esos dos también le daban motivos para shippear, tuvo claro que cuando volviese a la habitación se lo contaría a Selena, porque quería idear algo para juntarles. Justo en el momento en el que Charlie caminaba hacia la silla de ruedas de Hailey varias enfermeras, celadores y médicos entraron muy alterados empujando una camilla, en la que iba un chico. Y Hailey a pesar de las heridas sabía muy bien quien era. Niall Graham, actor, que tenía su edad y por si fuera poco salía en una de las series que veía su madre. Las palabras de los médicos eran claras. “A quirófano, o lo más probable es que no sobreviva. Si lo consigue tendrá que superar la muerte de su hermana melliza que también iba en el coche.” Aquel chico no era santo de su devoción pero Hailey en aquel instante deseó que se salvase, que la muerte de la hermana del chico no hubiese sido por nada y sin duda quería que el destino no fuese tan cruel y no le arrebatase dos hijos a aquellos padres. Antes de que pudiese decir algo  Charlie la sacó de allí y la llevó a la sala de quimio.
Aquellas palabras de ese médico se habían quedado en su cabeza y es que comparado con aquella pérdida su quimio o el problema de Selena no era tan grave y es que aquel chico podría morirse y su hermana ya le había dejado. No le caía del todo bien pero tuvo claro que si salía de esa sería amable con él.

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