Capítulo 42

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Julia Stevens o más bien Julia Mcmahon nunca había vivido sin saber la verdad a cerca de sus padres. Cuando su madre murió, sus tíos se hicieron cargo de ella y su primo Carlie, era prácticamente como su hermano. Siempre había querido ser consciente de la verdad y sus tíos nunca se la habían ocultado pese a que desde el minuto uno habían dicho que lo importante era mantenerla a salvo. Nunca había podido confirmarse pero sus tíos lo tenían de lo más claro, Garret había matado a su madre, quizá no directamente ya que él no podía mancharse las manos y menos siendo la madre de Julia una persona conocida, al menos en el mundo del arte, había sido una de las mejores pintoras y no por ello era menos conocida, aunque su accidente fue portada durante un montón de tiempo. Le echaron la culpa al chófer que conducía él vehículo en el que iba, aunque él también había muerto en el acto.

Lamentablemente, por mucho que sus tíos lo pensasen no haría que pudiesen demostrarlo, ya que nadie sabía sobre aquella relación . Los tíos de Julia siempre habían mantenido la historia de que ella había ido a hablar con Garret sobre la pequeña, para que le diese sus apellidos, para que fuese parte de su vida aunque ellos dos no tendrían nada, pero él se empeñó mucho en negarlo ya que tenía su “familia perfecta”, familia que por lo que había visto Julia en las revistas estaba a punto de tambalearse, si es que no lo había hecho ya.
Desde que había sido muy pequeña había entendido la importancia de pasar desapercibida para que aquel hombre no supiese nada de ella, sus tíos no se fiaban de él, si le había hecho aquello a una persona que lo había querido, ¿Qué le impedía hacerle algo peor a su hija? Por eso en cuanto Julia tuvo claro que quería estudiar para ser actriz de musicales, decidió hacerlo lo más lejos posible, aunque eso significase alejarse de sus tíos y su primo Charlie. Por eso mismo su destino fue Berlín, no tenía claro el por qué de aquel lugar, simplemente le había llamado la atención. Ahí fue donde conoció a Luna y a Nico. Luna se convirtió en su mejor amiga desde el minuto uno en el que empezó a compartir piso con ella. Nico vivía en el piso de al lado y ellos, que habían sido amigos desde hacían un  montón de años la habían incluido muy bien en el grupo. A pesar de que ellos eran medianamente famosos, compratir piso con una actriz que había consguido su primer protagónico y puerta con puerta con un cantante no muchas veces era sencillo y si sus tíos supiesen eso le harían volver de los pelos si hacía falta, lo sabía, pero tenía la situación controlada. Garret no la encontraría.

Tras el mucho insistir de su primo Charlie había cogido un vuelo para pasar unos días  con ellos y quizá así volvería a inspirarse para pintar o dibujar, lo echaba de menos. Nada más pisar el aeropuerto su móvil comenzó a sonar.

—¿Si? Luna, hace sólo unas horas que no me ves.

—¿Unas horas sólo? ¡Pero si parece una eternidad!

—No seas exagerada, mujer. Sabes que serán sólo unos días. Antes de que te des cuenta estaré de nuevo allí. Y espero que te lies con Nico en mi ausencia.

—Oh vamos, cállate. ¿O quieres que te recuerde a tu buenorro de la discoteca de hace unos meses? Superaste una ruptura muy bien con eso, así se hace, chica.

Julia era bastante consciente de lo que se refería Luna.

FLASHBACK

Aquel día la había dejado tirada en aquella discoteca, pero había sido por una buena causa. Podía recordarlo como si hubiese pasado ayer mismo. Había salido de una ruptura con su ex, ella no quería ni recordar su nombre, le había hecho demasiado daño. No había sido una relación nada sana, Luna se lo había dicho un montón de veces, pero ella había sido incapaz de verlo. Fue del todo consiente el día antes de lo de aquella discoteca con aquel chico, el momento en el que dejó a su ex todavía era un recuerdo tormentoso. Siempre había sido una persona violenta, pero nunca había llegado a ponerle una mano encima. Aquel día lo intentó, nunca pensó que la defensa personal que le había enseñado Charlie le fuese a servir para algo, pero desde luego se le quitaron las ganas de ponerle una mano encima cuando le dio un buen derechazo y le dijo que no le quería ver en su vida.

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