No podía negar que cuando estuve en coma en lo que más pensaba era en despertar, pero desde que había despertado todo se había torcido, había tenido que aceptar de nuevo a Lina y a Arty en mi vida simplemente para proteger a Josh y es que desde que este vio que Arty estaba de nuevo en mi vida, nada había vuelto a ser lo mismo entre nosotros. Pero aunque no quisiera nada de esto, era lo mejor para que él no sufriera o por si fuera poco llegara a odiarme.
Habían estado haciéndome bastantes pruebas desde que había despertado y aunque todo parecía estar bien no querían arriesgarse a darme el alta tan pronto, incluso había tenido alguna que otra sesión de rehabilitación que me dejaban agotada. Estaba sentada en el sillón de al lado de mi cama revisando alguna que otra novedad en las redes sociales, en todos los sitios salía el vídeo del Nico defendiendo a la actriz Luna, al menos yo lo interpretaba así por muy mal que la gente pensase de Nico por culpa del mánager de la chica. Distraída mirando alguno que otro de los comentarios de la gente sobre el tema, un mensaje me sobresaltó. No solamente porque se me hubiese olvidado que lo tenía con sonido, si no también por la persona que lo enviaba. Josh...
-Te echo de menos, Leslie...
Eso hizo que el corazón me diese un vuelco, hubiera pensado que sería cualquier cosa menos eso, había pensado que estaría cabreado después de la última conversación que habíamos tenido, pero al parecer no era el caso. Yo también le echaba de menos, no lo podía negar, demasiado para ser sinceros. La mitad del tiempo que nos habíamos estado conociendo yo había estado en coma, aún así ambos habíamos tenido una conexión bastante profunda desde el primer momento, había sido el único capaz de oírme a pesar del coma. Quizá lo nuestro era inevitable...Enseguida borré eso de mi mente, no podía ser, lo sabía muy bien, mi padre y Arty se encargaban de destruir las cosas buenas de mi vida y no quería que algo le pasase a Josh por mi culpa. Solté un suspiro pensando que contestarle cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe. Por ella, pasó Arty, parecía enfadado, aunque su vista se posó en mi y en la mueca de asco que hice al verle.
-¿Qué haces?
-No tengo que darte explicaciones, Arty.
Respondí levantándome del sillón y apagué la pantalla de mi móvil, cosa que no pasó desapercibida para el contrario que dio un paso hacia mi.
-Ya sabes que esconderme cosas está muy mal, Leslie, venga dame el teléfono y no pasará nada.
-No te voy a dar nada y guárdate las amenazas.
Arty avanzó un paso más y me quitó el teléfono a la fuerza.
-¿Qué te dije de discutirme? Es que no aprendes, Leslie. Pero bueno, que sepas que me pone mucho que mi gatita saque las garras.
Puse los ojos en blanco y me entraron unas ganas horribles de vomitar al escuchar eso.
-Eres asqueroso, Arty.
Arty hizo caso omiso a mi comentario y encendió la pantalla de mi móvil dispuesto a desbloquearlo pero enseguida se dio cuenta que había cambiado la clave. Avanzó de nuevo un paso hacia mi.
-Dime la clave.
Me mantuve callada, pero sin apartar la vista de él, no pensaba decirle nada.
-¡Que me digas la puta clave!
Agarró con fuerza mi brazo, acercándome a él, lo suficiente para que pudiera sentir su aliento en mi cara.
-¡No pienso decirte nada!
Me soltó como si algo hubiera cruzado por su mente. Pensaba que quizá desistiría y me devolvería mi teléfono, pero estaba equivocada, no era tan tonto como pensaba pues había acertado la clave.
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Donde las historias viven.
RandomUn lugar donde millones de historias se juntan y encuentran la manera de arreglar los problemas o de crear otros. Un hospital, que no es sólo un lugar donde operan a personas o curan enfermedades es un corredor de historias. Donde sin duda se pueden...