Capítulo 16

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Matías había pasado varios minutos viendo a un punto fijo de la nada, parecía muy concentrado mientras Lucy únicamente comía un chupetín sobre el sofá. Su amigo parecía en un trance, afortunadamente gracias a ello había tenido tiempo de cambiarse la ropa ensangrentada y darse una ducha.

- Matías...- silencio- Matías - Lucía alzó más la voz y optó por tirarle un cojín.

- ¡MATÍAS!

El muchacho volteó a verla, estaba algo pálido.

- No puedo seguir en esto...No puedo pretender que no has matado a dos personas, Lucía... Esto es demasiado para mí.

Se levantó e intentó caminar a la salida, siendo interceptado por la pelinegra quién puso un pequeño cuchillo en su cuello, dejando correr un pequeño hilo de sangre.

- Esto no es tu decisión, es tu destino. Tendrás que obedecer a mi padre o terminará asesinandote y no voy a permitirlo.

¿Su objetivo? Ejercer presión, no pensaba dañar o matar a Matías quién era un demonio de la realeza al igual que ella.

- En este maldito mundo hay personas con un destino, Britney daría a luz a una persona que haría mucho bien aunque ella fuere una perra y yo lo evité.

Sonrió orgullosa y dio un paso atrás.

- Vas a sentarte ahí y vas a hacer lo que TIENES qué hacer, mi padre te lo dirá.

Guardó la pequeña arma blanca y dejó un besito en la punta de su nariz para regresar al sofá de un brinco.

- Y más te vale que no me dejes sola... Esto apenas comienza y tu labor aquí es proteger que ningún humano interceda en nuestro destino. Yo haré el trabajo divertido.

Volvió a meter el chupetín en forma de corazón a su boca y se concentró nuevamente en la lectura de algún libro en su teléfono. Matías se sentó nuevamente en el mueble. No quería hacer daño pero sabía que debía protegerla, lo sentía y eso lo tenía en un conflicto consigo mismo.

La tarde transcurrió en silencio hasta que anocheció y Lucia decidió subir a su habitación, llevándose consigo al muchacho.

- ponte cómodo.

Se recostó en su cama y apagó su lámpara sin esperar su respuesta, el chico se recostó a su lado y miró a través de la oscuridad directo al techo, la muchacha lo abrazó, sabiendo que esa sería la única manera de hacer que este la protegiera.

-Prométeme que vas a cuidarme... No quiero que me dejes sola.

Murmuró, apoyando su cabeza en su hombro y acariciando su pecho con cierta suavidad, el muchacho guardó silencio unos segundos.

- te lo prometo...

Tomó suavemente su mano y dejó un pequeño y delicado beso en su muñeca. Sin saber que únicamente sería utilizado para que Lucy pudiera asesinar a diestra y siniestra sin afectar su imagen ante todos. Lamentablemente, aquella chica era capaz de convencerle de serle infiel a sus principios y a su empatía, haciendo uso únicamente de un poco de su escaso cariño.

LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora