C͜͡a͜͡p͜͡í͜͡t͜͡u͜͡l͜͡o͜͡ D͜͡i͜͡e͜͡c͜͡i͜͡s͜͡e͜͡i͜͡s͜͡: D͜͡r͜͡a͜͡g͜͡o͜͡n͜͡e͜͡s͜͡

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Narra Cedric Diggory

Todo Hufflepuff estaba reunido en la Sala Común, viendo a Jane y al hurón de Alex recrear la escena con Draco Malfoy de esta tarde.

Enseñando —dijo repitiendo las acciones y palabras del profesor Moody, todos reíamos—. ¡Eso es hufflepuffs, ríanse!

—Jane, ¿podemos hablar? —ella asintió.

—Alex, ¿por qué no tú y Michael los entretienen un rato? —la pelirroja asintió—. Bien, tú dime.

—Ven, vamos a un lugar más privado. —la tomé de la mano y la guié hasta la habitación de los chicos.

—Bien.. ¿qué me querías decir?

—Jane... ¿recuerdas que hace unos días nos... —suspiré nervioso—. Nos confesamos nuestro amor mutuo? —dije. Ella asintió y se rió—. Bien... quiero dejarte en claro que no soporto el hecho de que seamos amigos.

—¿Qué? —pensé lo que dije por un momento.

—Sonaba mejor en mi cabeza. Mira, el punto es, que... yo.... Jane yo...

Escuché como golpeaban la puerta de la habitación.

—¡Ahora no! —grité.

—¡Amigo, tienes que ir con Dumbledore! ¡La primera prueba empieza en veinte minutos, prepárate! —dijo Charlie.

—Ya oíste a Wilson. Me lo dices más tarde, ¿de acuerdo? —dejó un beso en mi mejilla y salió—. ¡¡Ni se te ocurra decir una sola palabra, Connor!!

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Estábamos todos nerviosos, en especial Potter.

—¡Diggory! —escuché detrás mío y me asomé a por un costado de la carpa—. ¡Ced, ven!

—¿Qué haces aquí?

—¿Qué? ¿A caso no puedo venir a ver a mi mejor amigo? —reclamó Jacob— Ven aquí —lo abrazó—. Mira, necesito que salgas vivo de esta.

—Jane podría ayudarte con Alex si yo no sobrevivo.

—¿Qué clase de palabras de aliento son esas? —comentó Charlie.

—Chicos, antes de pasar esta prueba, quiero decirles algo —miré a Charlie—. Charlie, me pareces es más idiota de los dos. Jacob, eres un cobarde, si yo pude hablarle a una chica de 4to año, ¿por qué tú no?

Luego de decirles eso volví a entrar a la carpa.

—¡Amor joven! —dijo loca Skeeter. Miré a un costado, al pobre Potter lo pondrían de nuevo en la portada de El Profeta—. Qué... conmovedor. Si todo sale desfavorablemente hoy... quizá salgan en la primera plana.

—Usted no tiene nada que hacer aquí —dijo Krum—. Ésta es la tienda de los campeones... y sus amigos.

—Da igual. Ya conseguimos lo que queríamos —dicho eso se fue.

—Buenos días, campeones —saludó Dumbledor—. Júntense, por favor —todos nos acercamos a él. Hermione tomó el brazo de Harry—. Han espero, han pensado y por fin, el momento ha llegado. Un momento que sólo ustedes pueden apreciar totalmente.

Dumbledore movió la cabeza varias veces y pronto notó la presencia de Hermione, quien estaba junto a él.

—¿Qué hace aquí, señorita Granger?

—Amm... lo siento, ya me iba —se fue.

—Barty, la bolsa.

—Campeones, hagan un círculo a mi alrededor —ordenó—. Señorita Delacour, aquí. Señor Krum. Y el señor Potter aquí. Eso es. Ahora... señorita Delacour, por favor —la chica metió la mano en la bolsa y sacó un pequeño dragón verde—. El Galés Verde.

—Señor Krum —Viktor sacó a otro dragón—. El Bola de Fuego chino —acercó la bolsa a mí y yo saqué un dragón amarillo—. El Hocicorto Sueco. Lo cual deja...

—El Colacuerno —susurró.

—¿Qué, muchacho?

—Nada —sacó el último de la bolsa.

—El Colacuerno Húngaro. Estas miniaturas representan a cuatro dragones muy reales... que estarán protegiendo un huevo dorado. Su objetivo es sencillo: Apoderarse del huevo. Y esto lo deben hacer, pues cada huevo tiene una pista... sin la cual no podrán pasar a la siguiente prueba. ¿Alguna pregunta? —nadie dijo nada.

—Muy bien. Buena suerte, campeones —dijo Dumbledore, dando por terminada la entrega de dragones—. Señor Diggory —yo lo miré—, cuando suene el cañón, puede... —el señor Filch encendió el cañón.

Dumbledore me escoltó hasta la salida de la tienda.

Estaba nervioso.

¡Diggory! ¡Diggory! ¡Diggory!

Era lo único que escuchaba.

Salí de la tienda y vi a Jane y a mi padre parados en la primera fila de gradas.

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Narra Cedric Diggory

Podíamos escuchar la celebración de la casa Gryffindor desde la Sala Común de Hufflepuff y eso que nosotros también teníamos un gran barullo.

—¡¡Lo hiciste, Ced!! —dijo y me abrazó. Todos aplaudieron—. Felicidades —me susurró.

𝖠𝗍𝗋𝖺𝗉𝖺𝖽𝖺 𝖾𝗇 𝖧𝗎𝖿𝖿𝗅𝖾𝗉𝗎𝖿𝖿 || Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora