C͜͡a͜͡p͜͡í͜͡t͜͡u͜͡l͜͡o͜͡ C͜͡i͜͡n͜͡c͜͡o͜͡: H͜͡u͜͡f͜͡f͜͡l͜͡e͜͡p͜͡u͜͡f͜͡f͜͡

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Caminar, ella amaba caminar.
Caminaba bajo la lluvia, caminaba sola por los pasillos y, en este caso, caminaba por los vagones.

Pasó por los vagones de Ravenclaw, la gran mayoría dormía y los que estaban despiertos estaban muy concentrados en sus lecturas o charlas.

Llegó a los vagones de Hufflepuff, allí sí, todos estaban profundamente dormidos.

En cuanto estaba por pasar por el último vagón de la casa, chocó con alguien.

—Debemos dejar de chocarnos así —rió un muchacho castaño.

—Aquí entre nos, el que me choca eres tú —dijo sobándose la cabeza—. No nos presentamos formalmente. Soy Malfoy, Jane Malfoy —estiró su mano.

—Cedric Diggory —aceptó el gesto y estrecharon las manos—. Buen apretón —dijo con una sonrisa.

—El tuyo tampoco es tan malo.

—Linda lechuza —dijo mientras soltaba la mano de la albina—. ¿Cómo se llama?

—Su nombre es Narciso y es... —él la interrumpió.

—Un macho —ella asintió—. Sí, lo sé, un dato interesante sobre las lechuzas es que...

—Las hembras se paran en tu hombro izquierdo y los machos en el derecho.

El Hufflepuff estaba fascinado con la chica y todo lo que ella sabía.

—¿Gustas sentarte? —dijo señalando los asientos vacíos que estaban junto a ellos.

—Seguro —se sentaron.

—¿Ya sabes en qué casa te gustaría quedar?

—No estoy segura, pero no me molestaría quedar en Hufflepuff —rieron—. Quiero decir, mira todo esto —señaló todo a su alrededor—. Es todo tan... llamativo. Si quedase en Slytherin no podría ver esto todos los días.

Así pasaron el resto del viaje; entre risas y sonrisas.

Horas después, llegaron a su destino.

Una vez que el tren se detuvo, Jane pudo oír los pasos apresurados de su hermano.

—¡¿Estás bien?! —tomó las mejillas de Jane entre sus manos y examinó su rostro— ¡¿Dónde estabas?! ¡¡Estaba muy preocupado?! ¡¿Por qué no volviste?!

—Tranquilízate, Draco —lo abrazó—. Y no volví porque me quedé hablando con... —se volteó a ver el asiento donde estaba su acompañante, pero ya no estaba—. Olvídalo.. vamos.

Bajaron sus cosas y salieron del tren.

Narra Draco Malfoy

—¿Todo en orden? —pregunté preocupado por los ánimos de mi hermana.

—Sí, vamos —su respuesta no me convenció, pero no iba a seguir insistiendo.

Caminamos un poco y llegamos a Hogwarts.

Llegamos más tarde de lo normal. Se suponía que llegaríamos para el almuerzo y terminamos llegando para la cena.

Ahora estábamos todos en el comedor, viendo como los niños de 1er año eran asignados a sus respectivas casas.

"¡Gryffindor!" -gritó el Sombrero y todos los de Gryffindor celebraron a su nuevo miembro-

"¡Hufflepuff!

"¡Ravenclaw!

"¡Slytherin! -toda mi mesa se paró y celebramos al nuevo miembro-

Así seguimos hasta que todos quedaron en sus casas correspondientes.

Ya era momento de que Jane fuese presentada.

—Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts —dijo Dumbledore y todos aplaudieron—. Este año, tenemos a una nueva estudiante, pero no es de 1er año, sino de 4to —todos empezaron a murmurar cosas sobre mi hermana, lo cual me hizo enojar.

—¡Silencio! —el salón careció de sonido—. Gracias. Como decía. Ella es de 4to año, pero aún hay que asignar su casa. Démosle la bienvenida a Jane Narcissa Malfoy.

Las puertas del comedor se abrieron y Jane entró.
Caminaba hacia Dumbledore entre las mesas con gran tranquilidad.

Narra Jane Malfoy

¡¿Tranquilidad?! ¡¿TRANQUILIDAD?! ¡¡Esa palabra no está en mi vocabulario hoy!!

Todos me miraban y murmuraban cosas.

—Bienvenida a tu primer año en Hogwarts, señorita Malfoy —yo asentí agradecida—. Siéntense por favor.

"Tu apellido me ruega ponerte en Slytherin, pero no tienes ninguna característica de ellos." todos soltaron gritos ahogados— "Quedarías mejor en...

—Por favor Hufflepuff, por favor Hufflepuff —susurré para mí misma.

"¡¡HUFFLEPUFF!!" la mesa de mi nueva casa no sabía si lamentarse o celebrar.

—Bienvenida a Hufflepuff, Jane Malfoy —dijo poniendo sus manos en mis hombros—. Haremos lo posible para que tu padre no se entere.

—Gracias, profesor —me dirigí a la mesa Hufflepuff.

No pensaba sentarme donde estaban todos, pretendiendo que me hablen, pero si quisieran podrían hacerlo.

Me fui a la parte más solitaria de la mesa, donde no había nadie.

—¡Buen provecho! —dijo y un montón de comida apareció sobre la mesa. Draco nunca mencionó eso.

Todo se veía totalmente delicioso.

𝖠𝗍𝗋𝖺𝗉𝖺𝖽𝖺 𝖾𝗇 𝖧𝗎𝖿𝖿𝗅𝖾𝗉𝗎𝖿𝖿 || Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora