Invierno 2- El escocés.

72 9 1
                                    


-Mi señora se lo suplico, debe escucharme.

-No hay nada más que decir.

Dijo el susurro de una mujer y mientras ella hablaba burbujas salían y explotaban en la superficie, Gealach se alejó con tristeza, de verdad quería ayudar pero los elementos seguían negándose.

-Los árboles lloran, ¿Cómo es posible que no puedas escucharlos?

-Ellos ya lo han perdonado y confían en el. Con su permiso mi señora.

Once ler dormía aún cuando el ruido de un motor le despertó, se levantó rápidamente al presentir que algo no iba bien, tocaron a la puerta, tragó saliva antes de abrir.

-¡No quiero visitas, váyase!

-¿Es así como saludas?

Reconoció una voz familiar.. no podía ser cierto.. de todas las personas eran ellos se nuevo.

-¿Madre?

-Querido uni..

Le besó por todo el rostro dejando rastro de su labial, un hombre de estatura baja se acercó y le abrazó.

-¡Hijo que gusto de verte!

Once ler se quedó pasmado viendo como todas sus pesadillas entraban una tras otra a su hogar sin que el se pudiera negar.

-¡Que frío hace aquí!, ¡Debería ser como en la ciudad ahí el clima es agradable para todos!

Se quejo su tía mientras se quitaba el saco de piel púrpura.

-¿Qué hacen aquí?

-Uni..

Habló su madre con su característica voz chillona.

-Te extrañamos mucho, de verdad que lo hicimos.

-Amo a este chico.

Su tío Ubb le ofreció una sonrisa hueca y robótica, un producto plástico hecho solo para complacencia de su madre.

El recuerdo del pasado le hizo sentir náuseas, no quería que algo así volviera a suceder, todo había mejorado poco a poco y recibirlos en su hogar ahora sería un retroceso.

-¡Gealach!

Todos le miraron curiosos.

-¿Qué dijiste uni?

Se sintió mareado y el pánico hizo mella en sus nervios.

-Yo...

Miraba a todos lados y todos le miraban a el.

-Tengo que irme ahora.

-¿A dónde vas?

-Volveré rápido, lo prometo.

Abrió la puerta y se quedó frío viendo a la ninfa que llegaba con una cesta de mimbre en sus manos.

-Ya llegué, lamento haber tardado..

Su mirada se fijo en los visitantes y luego a Once ler que estaba frente a ella, pasó un rato en el que no sabía que decir, finalmente sonrió y saludo amablemente.

-Buenos días.

-Y.. tu, ¿Eres?

Ella hizo una pequeña reverencia.

-Mi nombre es Gealach.

-¿Quién?

Preguntó su tía sonriéndole amenazadora.

-Somos esposos.

Once ler la abrazó por la espalda, rodeando su cintura y con la voz más segura que pudo hacer a pesar del pánico que le consumía en ese momento.

La doncella en el árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora