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Las vacaciones son como Minho las quiere, en casa sin tener que viajar o ir con la abuela quien ya está mucho más vieja que antes. Se pasa casi todo el tiempo con Jisung, hasta que se harta y se va a casa para no ir a verlo en un día, no es por enojo, es simplemente que el menor de vez en cuando lo ignora para estar con sus amigos, ninguno de los otros niños es como Minho, todos son feos a su parecer y demasiado escandalosos, no entiende como le pueden agradar a Jisung.

Es una tarde en la que se cansa de ser ignorado, solo está sentado en el pórtico de la casa de Jisung esperando a que le preste atención, lo ve correr de un lado a otro jugando con un montón de muchachos, y eso le revuelve el estómago, porque todos ellos pueden disfrutar de Jisung mientras él tiene que esperar. Cuando el menor pasa corriendo justo frente de él aprovecha para tomarlo de un brazo y detenerlo, Jisung casi cae pero logra mantenerse en pie, mira a Minho y este no tiene una sonrisa en el rostro. Antes de que Jisung pregunte qué es lo que ocurre uno de sus amigos se detiene y pasa su brazo por sus hombros. Ambos chicos frente a Minho respiran agitados.

—Tengo algo que decirle a Jisung.— dice con una mueca apartando el brazo sudoroso del niño, apenas lo toca y ya le ha revuelto el estómago, su mueca es bastante obvia por lo que los demás comienzan a llegar formando un pequeño círculo. —En privado.— los demás chicos no parecen entender porque se ponen a hablar al mismo tiempo, quejándose y alegando que cualquier cosa puede ser dicha entre ellos. Minho toma las cosas con paciencia y se niega a soltar a Jisung quien no hace nada por detenerlos. —¿podemos hablar?— le pregunta directamente, pero de nuevo todos hablan al mismo tiempo y Minho hace otra mueca. Suelta a Jisung aventando su brazo y se gira. —olvídalo— dice molesto mientras se marcha.

No es que le moleste que Jisung se divierta con sus amigos, no le molesta que ellos sean los amigos de Jisung, ni siquiera le molesta que no haya dicho nada cuando lo tenían rodeado, es solo que no soporta la idea de ser ignorado, de que Jisung prefiera a esos chicos antes que él, así que se va con una mueca y sin esperar a nadie, no quiere escuchar más bullicio y tampoco quiere verlos, le molesta que no hayan entendido que lo único que quería era tener a Jisung, aunque después de tanto tiempo tratando de dejárselo en claro es el colmo que no lo comprendan. Pero de lejos, lo que le causa más malestar es que Jisung no haya hecho nada por él, que no haya alejado a sus amigos ni acceder a alejarse un poco, piensa que si será despreciado por la única razón por la que soporta ese lugar no tiene caso, prefiere ir a su casa y recostarse o leer, prefiere ver televisión que ser rodeado por un montón de chicos tontos.

Escucha pasos acercarse cuando ya se ha alejado del lugar, gira encontrándose con Jisung, porque claro que no hablaría con él estando todos sus amigos alrededor, Minho no era tan importante después de todo.

—¿Qué te ocurre?— pregunta Jisung deteniéndose metros antes de llegar a Minho.

—Oh ¿te importa? Pensaba que tus amigos eran los únicos en los que pensabas.— responde y Jisung hace una mueca. Respira hondo y se cruza de brazos. —¿Por qué no vas con ellos? Parece que no te vienen siguiendo.

—Déjalos en paz, Minho, son mis amigos.

—Lo sé, pero eso no cambia el hecho de que actúen como perros... Yo también soy tu amigo y no me defendiste frente a ellos.

—Estás actuando como una chica.

Minho se ofende y trata de debatirlo, pero reconoce que lo hace, actúa como esas chicas de novelas y películas, está molesto por lo que sólo se queda callado y piensa en cómo desviar la atención porque se siente avergonzado.

—Sí tanto te molesta mi actitud entonces solo ignórame como lo has estado haciendo todo el día.

—No te ignoro.

—Lo haces. Vengo todos los días solo para estar contigo y prefieres...— corta la frase porque piensa que no llegará a su punto. —Pasó mis vacaciones yendo y viniendo solo para verte.

—Nadie te lo ha pedido.

Minho no responde, abre ambos ojos con asombro y tuerce la boca, no esperaba (o quizás sí) que aquella frase le fuera dicha. Jisung suspira pero ya es tarde, lo que ha dicho ya no se irá de la cabeza de Minho, lo tendrá presente en cada segundo.

—Entonces nadie me puede pedir que vuelva a venir.

Es lo último que dice para darse la vuelta e irse, Jisung está a punto de seguirlo pero Minho deja en claro que no quiere eso. Está molesto y se promete a si mismo que no regresará solo para que Jisung sea desagradecido, no volverá para que lo ignoren y después le echen en cara que nadie lo obliga a ir, así que prefiere simplemente pasar sus vacaciones en casa o con amigos, a los que no ha visto en un rato por estar en casa de Jisung.


Life Love ❣︎ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora