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La indiferencia jamás había sido el fuerte de Minho, pero Jisung parecía no notarlo y seguir con un rostro inmutable y una actitud que ni siquiera él aguantaba, no se veían todos los días, de vez en cuando Minho se ofrecía a ayudarle a Jisung con sus tareas y este no podía negarse, ya no era como antes, sentían que nada lo sería después de tanto tiempo alejados, se había creado una dura grieta que ninguno conseguía cerrar.

Pero no todo esta perdido, aun quedan pequeños gestos que los hacen sonreír, algunos recuerdos que mencionan y provocan que el ambiente sea más llevadero, quizás es solo una chispa, algo que queda más como un recuerdo, pero sin duda hace feliz a ambos y los distrae de lo que ocurre realmente. El tiempo perjudica pero a la vez ayuda, o al menos así lo siente Minho, porque Jisung poco a poco va dejando de lado esa mala actitud. Le recuerda a los días cuando lo conoció, cuando Jisung no lo soportaba a pesar de que Minho lo tratara de la mejor manera, cuando eran apenas unos niños, eso le causa una sonrisa cada vez que lo recuerda, y piensa que ocurre lo mismo con Jisung cada vez que lo ve sonreír de la nada.

—Te quiero— le dice un día que lo abraza con fuerza, no es algo serio, pero Minho le encanta hacer enojar a Jisung y sabe que aquello le alteraba, sonríe cuando encuentra respuesta, Jisung intenta alejarlo con una mueca de fastidio y Minho lo suelta, se ríe y regresa su atención a los problemas matemáticos, para él son difíciles porque no logra comprenderlos. —No entiendo— murmura.

Jisung se inclina para echar un vistazo, se queda viendo los apuntes y hace una mueca, quizás es porque ninguno entiende que el cuaderno es cerrado y dejado de lado. Pueden hablar sin interrupciones como antes, pueden reír y pueden quitar la barrera momentánea que les impide tocarse, eso es un avance que Minho adora porque ama abrazar a Jisung en cada oportunidad, quizás las costumbres no se van en seis meses, solo se quedan en pausa.

—Estoy perdonado ¿verdad?— dice Minho cuando esta oscureciendo y se tiene que ir, Jisung se encoje en hombros, es normal una respuesta así a tal pregunta, es normal porque conoce muy bien a Jisung y sabe que no está decidido. Tiene el valor para hacer algo que no ha hecho en años; se inclina y acerca su mejilla con una sonrisa. —Tienes que darme un beso de despedida.

Aquello es una broma, porque ya no son niños y Jisung ya está por cumplir los trece años, es algo para que deje de nuevo la seriedad. Minho no espera un beso, es por eso que se sorprende cuando lo recibe.

Life Love ❣︎ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora