Life Love ❣︎ Minsung

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Tener a Jisung recostado en su cama es algo normal, el menor siempre la busca cada que llega a la gran casa. Después de clases siempre se ven en la casa de Minho, su madre nunca está y las mucamas no se meten en su vida privada, casi ninguna logra ver a Jisung dentro del lugar y si lo ven saben que es amigo de Minho a pesar de llevar un uniforme muy distinto. La mayor parte del tiempo se encuentran en la habitación, ya sea haciendo deberes o jugando algún videojuego, fuera de eso no hay mucho que hacer.

No hay nada que Minho no sepa de Jisung, pero no se puede decir lo mismo cuando se invierte, porque Minho le apenan ciertas cosas que quiere olvidar, que entierra en sus recuerdos y finge que no existieron, pero ahí están, rondando de vez en cuando en él y haciéndolo enojarse consigo mismo. Está leyendo en ese momento, se ha perdido entre las líneas hasta terminar sin comprender el párrafo anterior y tener que regresar, su chico está durmiendo en la gran cama con una tranquilidad que ya quisiera Minho tener. Sonríe cuando deja el libro de lado y observa a su lindo chico de casi catorce años.

—Jisung— le susurra mientras se levanta para irse a recostar sobre su chico. —¿Estás dormido?— quizás la pregunta llegue a molestar porque tiene la atención de una sola respuesta que no llega. Se dedica a escuchar las palpitaciones de Jisung, es tan lento y calmado que lo arrulla y le hace cerrar los ojos.

El pecho de Jisung se mueve de una manera lenta y pausada, de vez en cuando inhala hondo y lo hace subir un poco más, otras veces parece ni siquiera moverse, pero en definitiva lo está haciendo. Toma la mano del menor y la entrelaza con la suya, aun se puede ver la molesta luz del atardecer que entra por la ventana y quema en la piel, pero a Minho le gusta sentir aquel curioso ardor.

—Minho— le habla Jisung con la voz ronca, se levanta un poco nada más escucharlo para conseguir verle el rostro. —Quítate de encima, hace demasiado calor.

Minho sonríe sosteniéndose sobre ambos brazos y gateando apenas un poco para conseguir el rostro quejumbroso y adormilado del menor.

—Te ves muy lindo— Lo alaga en busca de molestarlo porque sabe que no le gustan ese tipo de cumplidos. Antes de que el menor se pueda quejar decide plantar un suave beso en sus labios, algo que lo despierte.

Es una unión lenta que suelta suaves chasquidos en el silencio de la habitación, algo que Jisung no se niega aceptar porque sus labios se acompasan al delicado movimiento que los conduce a seguir. Es la primera vez que el beso no es inocente, que es tan profundo que se sumergen en él olvidándose incluso de donde están. Los labios de Minho se desvía con toda intención, quizás Jisung no lo note pero el mayor ya ha marcado un camino que seguir.

Minho se detiene cuando siente que ha sido suficiente, cuando ni él mismo sabe a donde quiere llegar y necesita poner un alto porque terminaran en alguna situación incomoda, o tal vez solo se detiene porque Jisung aún tiene trece. Culpa a la chica que alborotó sus hormonas, porque ahora no sabe si podrá controlarlas al estar con Jisung.