7. La cita

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Las sonoras campanadas de aquel pequeño barrio malagueño las cuales anunciaban las ocho de la tarde despertaron a Andrés, que se había quedado dormido, como no podía ser de otra manera, en el pecho de Rocío.

—Buenas tardes, dormilón —dijo con dulzura mientras le veía despertarse.

— ¿Qué ha... pasado? —dijo a duras penas.

—Te quedaste dormido en mi pecho.

— ¿Qué hora es?

—Las ocho en punto, justo para preparar la cena.

— ¿Todo este tiempo he estado dormido?

—Sí —dijo Rocío entre risas — ¿Has descansado bien?

—Sí, la verdad. No sabes lo mucho que lo necesitaba. Lo malo va a ser después por la noche, que no voy a tener sueño.

—Tranquilo, no te preocupes por eso —finalizaba guiñándole el ojo. En ese momento se levantó del sofá para ir al baño y Andrés encendió su móvil en busca de algún otro mensaje de Saray. No hubo suerte, en su lugar encontró cientos de mensajes de su grupo de clase de WhatsApp, los cuales absolutamente ninguno se trataba de algún compañero preocupándose por él. Decidió no contestar a nada. De repente, recibió un mensaje por Instagram de Gabriela, el cual le sacó una sonrisa.

«Hola, Andrés. ¿Cómo estás?»

«Estoy bien, me he echado la siesta y he descansado muy bien, muchas gracias Gabriela por preocuparte 💖»

«Me alegro muchoooo 😊 Una cosa Andrés, ¿este finde tienes planes?»

«De hecho sí 😅 he quedado con Saray»

«Vaya, yo te iba a pedir que me ayudases con Mates, que estoy súper perdida»

«A ver, yo he quedado con Saray mañana, el domingo no tengo planes 🤷🏼‍♂»

«Perfe, pues el domingo nos vemos. ¿Te acuerdas de dónde vivo?»

«La verdad es que no 😅 si me refrescas un poco la memoria... 🙄»

«Dame tu WhatsApp, que te paso la ubicación»

Andrés le escribió su número y Gabriela, tras añadir su contacto, le pasó un enlace de Google Maps con su ubicación. Andrés se sorprendió al descubrir que vivía justo al lado de Rubén.

«Vives súper cerca de un amigo mío, justo en la casa de al lado 😂»

« ¿En serio? 😂😂 ¿Te viene bien a las 19:30, antes de que anochezca?»

«Sí, me viene bien. Muchas gracias Gabriela por confiar en mí 🥰💖»

«Gracias a ti 😊❤»

Horas más tarde, después de Andrés ducharse y ambos preparar la cena, se fueron a la cama. Rocío, como siempre, le dio un beso en la frente y le abrazó con fuerza.

—Rocío —susurró.

—Dime.

—Esto... No tengo sueño —decía entre risas.

—Normal, hijo. Te has pegado una buena siesta de tres horas.

— ¿Puedes quedarte un ratito conmigo, porfa?

Rocío accedió y Andrés se apartó hacia un lado para hacerle un sitio en su cama.

—Rocío.

—Dime.

—Esto... ¿Y tú cómo haces para dormir a tus primos pequeños?

—Pues me quedo con ellos un rato hasta que se quedan dormidos, otras veces les leo un cuento...

Mi niñera y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora