Capítulo 48

1.1K 87 61
                                    


Capítulo 48

María ya estaba lista para salir, pero no se le negaba a Esteban a menos que estuviera molesta, que físicamente no se sintiera bien o el lugar fuera un sitio incómodo.

Y en ese instante no aplicaba ninguna de las anteriores...

Por eso, tiró de la corbata sin anudar y le empezó a abrir los botones de la camisa.

Mientras que él no se apartaba de su boca y le subía la falda del vestido.

Sintió cómo las manos masculinas transitaban por su cuerpo... Eran caricias urgentes... Apremiantes... Pero no por el tiempo, sino por la pasión...

Unos cuantos minutos y ya estaban con las respiraciones aceleradas... Sin aire... Lo positivo era que ya se habían desvestido lo necesario...

María pudo sentir la potencia y evidencia de la excitación de su marido cuando se ubicó entre sus piernas...

Y como el vestidor tenía varios espejos alrededor, en todos se podía ver la misma imagen...

Ella abrazada al cuello de Esteban... Y él invadiéndola... Un solo movimiento y estuvo dentro...

Le habló al oido de su mujer... Y ella le besó el cuello...

Solo entonces él comenzó a entrar y salir del cuerpo de María... Con un ritmo alucinante... Sensual, pero certero...

Gemidos de placer de boca de ella, que lo excitaron más e intensificó los envites...

>>>

En la camioneta presidencial, una hora después y en el asiento trasero, iban el presidente y la primera dama... Bastante sospechosos...

Las miradas intensas que se echaban parecían decir lo que acababan de hacer en el vestidor...

Sus dedos entrelazados parecían recordar la intimidad compartida... Y la magnífica unión de la que fueron protagonistas...

E: ¿te gustó...? (En un susurro bastante ronco)

Y María se acercó para responderle al oído.

M: mucho...

Sintieron que una corriente los recorrió... Tenían muy fresco el contacto y el clímax tan intenso que compartieron...

>>>>

Conociendo al presidente San Román que siempre estaba al pendiente de todo lo que verdaderamente necesitaba atención en el país, todos esperaban que llegara y no defraudó.

Llegó con la primera dama, siempre apoyándose mutuamente.

Pese a todos los chismes a lo largo de su matrimonio, eran una pareja estable... O muy buenos actores...

Bastante amables saludaron a la gente que aguardaba afuera, incluidos periodistas y camarógrafos.

"¿Qué cree que vaya a suceder, señor presidente?"

"Señora, ¿cómo se toman este tipo de veredictos en un juicio tan mediático?"

E: creemos y esperamos que se haga justicia... Igual que todos, ¿no?

"Sí, claro..."

M: todo veredicto se toma en base a las pruebas, testimonios, evidencias... Y a un consenso entre el jurado... Y como dice mi marido, queremos que los acusados paguen por sus delitos... Solo eso...

Y entraron entre aplausos y vítores de la gente.

Ya adentro y a la hora del veredicto, fue imposible contener la emoción al saber que se había hecho justicia, las cámaras vieron al presidente abrazar a su esposa, bastantes satisfechos.

MI DECISION IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora