✪La batalla (3)✪

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Los rugidos de guerra resonaban en los oídos de la humana. Las espadas chocaban, y la sangre de los seres oscuros manchaba el suelo de aquel aterrador lugar.
Caeli se encontraba en brazos de Orfeo, él en ningún momento permitió que la alejasen de su lado, ni enemigos, ni tampoco los que estaban bajo su mando.
Su cuerpo protegía a la menor de posibles ataques, y sus colmillos arrancaban las manos que intentaban tocar un simple cabello de la melena de la chica.

Y mientras tanto, Caeli se encontraba viendo la imagen horrorizada, de los cuerpos siendo desmembrados, de los monstruos cercenando parte de sus cuerpos, de los guerreros aullar de dolor pidiendo auxilio. Mientras que la sangre que manchaba el campo también manchaba su rostro cada que atacaban al moreno.

Pero para ella, todo aquel griterío y masacre que se estaba produciendo, parecía simplemente estar muy lejos, un ruido de fondo persistente, que podía escuchar con claridad, pero era como si estuviese en la distancia, mientras las imágenes corrían a cámara lenta frente a sus ojos.
Realmente, ni siquiera supo el momento en el que habían entrado en batalla. Cuando sus ojos se habían cruzado con los de Tom, Caeli solamente lo vio correr en su dirección, con una mirada furiosa que iba totalmente dirigida al moreno que la sostenía para que nadie pudiese herirla.
Y justo después de eso, con un simple parpadeo, la batalla había empezado bajo la brillante estela de aquella luna sangrienta que se superponía en el horizonte.

El tiempo parecía haberse vuelto loco. A ojos de otros de los que allí se encontraban, todo pasaba demasiado deprisa. Antes de darse cuenta, sus cabezas ya no estaban encima de sus hombros, o una de sus extremidades había sido cercenada, o simplemente te encontrabas siendo devorado por las bestias enemigas, que arrasaban con todo a su paso.

Y luego estaba Caeli, que todo podía verlo a una velocidad exageradamente lenta. Cómo su expareja la sostenía con fuerza, mientras las marcas en su cuerpo se extendían, ofreciéndole así, una forma más bestial que hacía que el cuerpo de Orfeo mutase y creciese al mismo tiempo.
Cómo las criaturas lentamente perecían, pidiendo clemencia a sus verdugos. Cómo las bestias agonizaban por las heridas. Cómo los guerreros luchaban sin tregua manchando sus espadas.
Absolutamente todo a su visión iba con lentitud. O así fue, hasta que pudo encontrarse con esos ojos verdes que le robaban el aliento.

Unos ojos verdes decididos y burlones, que en aquel momento mostraban rabia y desenfreno.
Tom, estaba a simplemente unos metros de ella. Ambos sabían que estaban a nada de encontrarse, sabían que pronto volverían a estar juntos.
Y aun sabiéndolo, la sensación de lejanía cada vez se instauraba más en sus corazones, y cuanto más intentaba acercarse el demonio hacia su pareja, más parecía el enemigo querer alejarle y Caeli cada vez se sentía más y más atrapada entre los brazos de aquella bestia de ojos grises que alguna vez había llamado pareja y que ahora la mantenía presa.

Pero todo cambió, cuando la chica escuchó el gruñido de Orfeo, un movimiento en falso, y una flecha había atravesado su hombro, mientras que su caballo había sido asustado, haciendo que la morena cayese cuando el agarre en su cuerpo había desaparecido.
Con un leve quejido, la chica miró hacia arriba, y las patas delanteras del animal donde estaba montada su expareja, le hizo tensarse y que sus pupilas se contrajeran para así esquivar rápidamente a la criatura y pronto levantarse y que por su cuerpo un enorme escalofrío le hiciese temblar.

Estaba en medio de la batalla, con los seres de la noche matándose entre ellos. Y sin ningún tipo de protección.
O eso creía -tanto ella como los enemigos que quisieron lanzarse sobre ella-, pues cuando trataron de acercarse, un escudo se mostró cubriendo su cuerpo y permitiéndole estar a una distancia de un metro, para que ninguna de esas criaturas pudiese tocarle.

La morena estaba completamente sorprendida, su cuerpo temblaba suavemente, pero desde cierta distancia, solo veía como aquellos seres estaban atacando sin cesar contra el escudo para poder romperlo y llegar hasta ella.
Se preguntó cómo había aparecido aquel objeto, y en ese momento, aquellos ojos grises volvieron a aparecer en su mente, haciéndole buscar a aquel chico por todas partes para asegurarse de que estaba bien -si bien ya no le amaba, no significaba que no le preocupaba su bienestar-.

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2022 ⏰

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