MEJORES AMIGOS

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ALLISON

Al caminar hacia el salón puedo notar como muchos me quedan viendo, y hablando en susurros.

« Son todos unos estúpidos » pensé.

Seguí caminando y al entrar a lo que parece ser un corredor, todos voltearon a verme y como si de magia se tratase, el pasillo se despejo, lo suficiente como para que una orquesta pudiera pasar.

« Qué mierda es esto ».

Al igual los susurros, las miradas no secaron, no me resultaron familiares los rostros de los que estaban en el pasillo, era extraño. Cómo se enterarían de algo así o por qué no para de verme de ese modo.

Me paro frente a la puerta de mi clase, espero, respiro hondo y entró. Cuando lo hice todos incluido el profesor regresaron a verme.

─ Good morning, may I come in? ─logré decir mientras tomaba con fuerzas la tira de mi bolsa para no salir corriendo de ese lugar.

─ Yes of course, Miss Allison ─terminó de contestar el profesor al mismo tiempo que tenía una expresión de sorpresa, como si no esperara que dijera eso.

Al sentarme notó a Víctor raro, más raro de lo normal, no para de verme y sonríe, mientras lo hace y eso me asusta mucho. Las clases siguieron como de costumbre, hubo participaciones, lecciones, apuntes etc, todo normal, la única diferencia es que el profesor no me presionó como lo suele hacer para que participara en ellas.

─ That 's all for today ─dice el profesor mientras organiza unos libros en su escritorio ─. Now they can withdraw you.

Tan pronto como el profesor desaparece por la puerta Victor comienza a brincar de un lado al otro.

─ Sabía que eras un punto amo ─, dice Víctor mientras que no para de brincar al frente de mí ─, y hoy toda la universidad sabe quien és Allison.

─ De que mierda hablas ─, intervengo ─, por qué soy el puto amo y por qué carajos la universidad sabe quien soy ahora.

─ Ese ─me interrumpe ─. Ese es el carácter de una persona que no le tiene miedo a nada y me enorgullece decir ─, comienza a golpearse el pecho con una mano mientras me señala con la otra ─, que soy amigo de alguien al que no teme poner a cualquiera en su lugar.

Interrumpo al señor alcalde en su campaña y lo llevó afuera del salón.

─ ¿Qué rayos pasa contigo? ─le preguntó.

─ De que hablas te estoy apoyando ─me abraza. 

─ Quítate ─lo apartó ─. ¿Por qué haces eso? ─señaló al curso refiriéndose al mega drama que acaba de armar ─. No logro entender, dime es alguna clase de broma.

Veo la cara de confusión de Victor, miró de un lado al otro en espera de una respuesta y esta espera me desespera.

─ Me voy ─, le digo ─, no tengo tiempo para esto y me duele la cabeza.

Me voy del lado de Victor, necesito llegar a casa, tomar una ducha y dormir un poco, hoy definitivamente no fue un buen día.

─ ¡Espera! ─Escuchó decir a Víctor detrás de mí. 

Juro que si Victor no fuera mi amigo le diera un golpe en la entrepierna y no le volvería hablar, pero eso no es lo que hacen los buenos amigos, ¿verdad?.

Me detengo hasta que Victor me alcanzará y una vez lo hizo comencé a andar de nuevo.

Caminábamos el uno al lado del otro, en eso me tocó los bolsillos para ver si  tenía algún centavo y no. 

La maldición de la familia  ArmstrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora