MI PECADO

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ALLISON

Durante todo el camino de regreso a mi departamento no puedo evitar mirar hacia todos lados y es que no paro de pensar en qué él está en un gran peligro.

Veo en Auden una expresión de frustración y enojo.

─ Ya llegamos ─ dije cuando entramos a la sala de estar del edificio.

─ Este no es tu departamento ─dijo Auden a quema ropa.

Por supuesto no tenía intenciones de que él entrara a mi departamento.

─ No es necesario, aquí estaremos bien ─ trate de persuadido.

─ ¿Y si no?.

« Odio que me hagan dudar »

─ Creo que tienes razón

Al tomar el ascensor  notamos que estaba lleno y me tocó ir a un lado de Auden, al estar tan cerca de él note que llegó un poco más a la altura de su pecho, casi podía escuchar los latidos de su corazón.

Al llegar a la puerta de mi departamento dude por un segundo antes de abrirla.

─ ¿Qué sucede? ─preguntó Auden detrás de mí.

─ No es nada ─conteste.

« Al único que lo dejó entrar al departamento es a Víctor y antes de él, dejaba entrar a un idiota » ─pensé.

En ese momento abrí la puerta y lo dejé pasar. Mi departamento es pequeño, la cocina y la sala están unidas, el baño y mi cuarto están separadas por un pequeño pasillo.

─ Te puedes sentar aquí ─digo mientras señaló el pequeño mueble que está aún lado de una mesa.

─ Gracias ─contestó Auden mientras comenzó a desenvolver su celular, entonces se detuvo y regresó a verme ─¿Por qué actúas así?

─ Perdón por eso, pero en realidad no lo sabes o solo intentas hacerme sentir culpable.

─ Si lo supiera, no te preguntaría ─cuando dijo eso me recordó a mi mamá.

─ Al tener una tarjeta negra llamas mucho la atención a un más en una ciudad como esta, no se como será el lugar de donde vienes pero aquí si tienes mucho dinero te matan, te secuestran y piden recompensas ligeramente estúpidas por no decir exageradas por tu rescate ─no pude evitar cruzar los brazos.

─ No lo sabía ─dijo ─. Si me lo hubieras dicho no hubiera insistido en sacar el teléfono ─,en ese momento Auden suspiró ─, simplemente me hubiera ido a un hotel a pasar la noche.

─ ¿Te peleaste con tu compañero de cuarto? ─pregunte.

─ ¡Qué!, no. Bueno, él en realidad tenía una cita y no quería que yo esté ahí porque dañaría su velada ─dijo Auden mientras bajaba su mirada.

Casi pude ver como se sonrojaba y luego lo entendí.

« Su compañero iba a tener sexo »

─ Ah, mm entiendo, ¿quieres algo de tomar hasta que tu nuevo celular se termine de actualizar?.

─ Si cualquier bebida me vendría bien.

─ Tienes un léxico diferente, cualquiera que te escuchara hablar adivinará que no eres de aquí.

─ Y también sabrá que soy un estúpido ─agregó.

Nos comenzamos a reír y mientras buscaba algo de tomar vi la botella de Vodka que sobró hace unos días  que fui a una fiesta con Victor.

La maldición de la familia  ArmstrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora