AUDEN
Al abrir la puerta encuentro todo limpio aún más impecable de cuando me fui. Me percato que Ariel está en el cuarto de lavado, voy a mi habitación a cambiarme y darme una ducha.
Al salir me frustra el estar otra vez sudado, son apenas las 9:30 am y el sol no da tregua.
─ Auden ─dice Ariel mentiras que está sentado en los muebles de la sala de estar.
Al llegar donde esta el veo que esta usando unos short cortos de color rojo y una playera blanca.
─ ¿Qué sucede?─ pregunté.
─ Ayer ─,comenzó a decir─, estuviste aquí.
Me encuentro confundido, no sé a dónde quiere llegar haciendo esa pregunta.
─ ¿A qué te refieres con que si estuve aquí, vivo aquí, ¿no?.
─ Me refiero si ayer estuviste en recepción y si lograste ver a Ariel.
Sigo sin entender y me limito a encogerme de hombros y contestar.
─ Si, ayer estuve un rato en recepción y creo que espere demasiado y te vi entrar con él ─, comencé a juguetear con mis dedos mientras que continuaba ─, y creo que intercambiamos miradas antes de irme.
Liam se limpió la cara con sus manos mientras dejaba escapar su frustración.
─ ¿Por qué preguntas, paso algo?.
─Ariel estuvo tranquilo al principio de la cena. pero despues el entro a la que ahora es tu habitación en busca de unas cosas que había dejado y al entrar vio todas tus pertenencias y fue ahí cuando todo empeoro, me pregunto que quien vivia ahi, le dije que un amigo ─,se llevó las manos a su cien para tratar de lidiar con el dolor de cabeza─. Lo dije mal, debí decir que eras mi primo, no me dio tiempo para explicarlo y enfureció.
Me senté sobre uno de los muebles mientras guardaba silencio.
« Le estoy causando problemas desde que llegué aquí»─ pensé.
─ Pero porque lo hizo, no se supone que es tu espacio.
Me regreso a ver echo una furia.
─ Él hace unos meses insistió en mudarse conmigo y le dije que no porque no tenía espacio y ahora resulta que sí tengo espacio para mis amigos. No crees que si fueras él no te pondrías molesto.
Me limité a cerrar la boca, no se mucho de su vida y peor aún de su vida amorosa como para tratar de darle soluciones a problemas que no me corresponden.
─ Y ahí fue cuando te describió dijo que vio a un chico actuando raro en recepción que no paraba de vernos juntos y me grito si tu eras mi amante con el que le estaba poniendo los cuernos.
─ Eso no ─ tan pronto como comencé a hablar él me miró y con su mirada sabía que debía de callarme.
─ Trate de explicarle todo hasta que pudo entenderlo le dije que te estaba dando alojamiento porque mi tío te había dado malos tratos y querías salir de su control y como tu único pariente en el cual confías, me buscaste.
─ A él le has contado sobre nuestra maldición ─ interrumpí.
─ Por supuesto que no Auden. Aún no se lo cuento y no quiero hacerlo, no quiero que piense que somos unos monstruos dignos de estar en un circo.
« Monstruos » ─ esa palabra retumbo en mi cabeza.
─ Después de hablarlo mucho, él pudo estar tranquilo y pudimos pasar la noche juntos, vimos una película y todo el rollo─ en ese instante me miró fijamente y continuó─, pero él tomó cartas en el asunto.
Quedé un poco desconcertado con lo último que dijo.
─ ¿A qué te refieres con que tomó cartas en el asunto?─ pregunté.
Y ahí fue cuando lo pude ver. Una enorme marca en su cuello, en todo su cuello. No pude evitar abrir los ojos como platos.
─ ¿Él hizo eso?.
─ Si Auden, quien más podría─ contestó.
─ ¡Mierda! ─ es lo que me limite a decir.
─ Mi querido Auden sabes lo peor de todo.
No quiero ni preguntar porque no creo que haya nada peor que eso, pero al verlo sonreír como un psicópata ansioso de responder su propia pregunta, lo único que puedo hacer es preguntar.
«De todos modos ya estoy muerto»
─ ¿Qué?─ dije finalmente.
─ Soy un profesor ─,dijo mientras volvía a caer en el espaldar de mueble ─, y no solo eso. Soy uno de los profesores más respetados del instituto, el profesor que es firme y es un ejemplo a seguir para muchos y el llegar marcado, no crees que esa reputación se irá por la borda.
─ Y a todo esto, ¿porque te desquitas conmigo?. Yo no fui quien te hizo esas marcas ─conteste.
─ Pero porqué tuviste que estar ahí. Por qué no simplemente te fuiste.
─ La chica que estaba esperando no llegaba y cuando ya estaba por irme llegaron ustedes ─ al decir esto llame la atención de Liam.
─¿Qué chica? ─,pregunto ─. Apenas llegas y ya estás saliendo con alguien.
─ No, no. Ella se ofreció a ayudarme a comprar un nuevo teléfono y después fuimos al cine.
─ Y eso no es estar en una cita, porque supongo que eso hacen las personas que están saliendo o me equivoco.
No puedo evitar sentirme incómodo y acorralado.
─ Te equivocas ─conteste─. Solo somos amigos y después de eso me dejó pasar la noche en su departamento haciendo cosas que hacen los amigos.
─ Si claro, "los buenos amigos hacen eso".
No dije nada mas y me puse de pie quería desayunar algo y lavar un poco de ropa pero antes de irme le quería darle un consejo ─Ponte algo de hielo para que disminuyan las marcas de lo contrario tus alumnos pensaran que los fines de semana tienes otros trabajos.
─ Oye quien te crees que eres para hablarme así ─ escuchó decir a mis espaldas, perdón Liam pero necesitaba darte una lección, después de todo soy un Armstrong.
El fin de semana lo puedo resumir en que Liam estuvo revisando por todo internet métodos caseros para poder desaparecer sus marcas. Mientras que yo por otro lado me la he pasado ordenando y desordenando mi habitación a voluntad, además, he estado buscando trabajo tal y como Liam me lo sugirió. Después de lo que sucedió con Ariel no puedo seguir ocasionando problemas y sobre todo hay algo que me incomoda mucho, se me hace muy extraño que mi padre no haya contratado a alguien para buscarme o intentar ponerse en contacto conmigo, solo espero que no lo haga pronto.
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La maldición de la familia Armstrong
Teen FictionQuien diría que las acciones cometidas hace mucho tiempo, aún seguirán causando problemas en el presente, es lo que no puede entender Auden, quien ha estado luchando con esta maldición que hace que los varones de su familia puedan procrear. Desde q...