AUDEN
No se donde rayos estoy, ¡carajo!, si lo único que hice fue caminar en línea recta, quería sorprender a Liam con el desayuno y disculparme por lo de hoy, pero no se podrá, ¿que hora será?, debí de poner a cargar el móvil, pero no tengo ni un cargador, ahora me estoy frustrando.
Creo que debo de pedir indicaciones para regresar al hotel, pero no tengo el valor para hacerlo, todos se quedan viendo me de manera extraña, creo que de la frustración pasaré a tener un ataque de pánico, al diablo el desayuno de las disculpas, tengo que regresar. Comienzo a ver en todas direcciones en busca de una señal que me recuerde el camino hacia el hotel, pero no hay suerte, y al otro lado de la calle puedo ver un rostro familiar, es esa chica, la que me ayudó hace unos días.
Cruzo la calle sin mirar a los lados, no puedo perderla de vista si lo hago no podré regresar al departamento, cuando estoy detrás de ella tomó el suficiente valor para hablarle.
─ Disculpa ─,no voltea, piensa que le voy a robar o algo así ─, Disculpa ─ cuando se dio vuelta pude ver como su rostro estaba lleno de ira, una ira sostenida por un pequeño hilo.
─ Perdón si te molesto pero ─en cuestión de segundos me analizo de pies a cabeza.
─ No me digas que te volviste a perder ─dijo con una voz sarcástica.
─ Si, perdón, podrías ayudarme ─, veo como se pasa las manos por el cabello como si no tuviera otra opción ─, pero, si no quieres está bien puedo buscar otra manera de llegar.
─ No es molestia, de todos modos iba a cruzar por tu edificio.
─ !Enserio¡, muchas gracias.
─ Pero antes pasaré a comprar unas cosas ─ ella simplemente se dio media vuelta y comenzó a caminar y yo comencé a seguirla.
El camino es largo, el silencio es incómodo, y me hace pensar si tomé una buena decisión de llegar a este país.─ Deja de hacer eso ─levanto la mirada y la dirijo hacia ella.
─ ¿Hacer qué?.
─ Eso, mirar al suelo mientras caminas, es peligroso para tí y para los demás, incluso no ves por dónde estamos caminando para que te familiarices con el lugar y puedas recordar o que, ¿piensas seguir dependiendo de los demás?.
Me detengo y cruzó los brazos y miró hacia otro lado, y junté fuerzas para no llorar.
─ Perdón si lo que te dije te ofendió pero estoy cansada y no fue un buen día ─dijo mientras me miraba.
─ En ese caso era que me dijeras que no podías ayudarme.
─ ¿Bromeas?, no podía dejarte ahí solo y apuesto que seguirías dando vueltas sin rumbo ─, nadie dice nada por un tiempo─, como quieras si quieres llegar a tu manera hazlo y si no puedes hacerlo solo sígueme ─ Veo como se aleja y estoy con esperanza de que volteé a ver hacia atrás pero no lo hace y dobla en la esquina.
Mierda, ahora qué, doy un leve suspiro y comienzo a correr en dirección por donde ella se fue al doblar en la esquina donde ella lo hizo no la veo por ningún lado, sigo caminando hasta que la vuelvo a ver, esta esperando a que el semáforo esté en rojo para poder cruzar y cuando me para justo a un lado de ella, solo me mira y comienza a caminar.
Una vez más el silencio se apoderó entre los dos y lo único que se me ocurre decir es ─ Lo siento ─ella se volteo a verme con la misma furia que cuando nos encontramos.
─ Deja de disculparte por todo, si te disculpas por todo, todo el tiempo con todo el mundo, cuando realmente vayas a disculparte nadie va a creer que lo estas diciendo es en serio.
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La maldición de la familia Armstrong
Novela JuvenilQuien diría que las acciones cometidas hace mucho tiempo, aún seguirán causando problemas en el presente, es lo que no puede entender Auden, quien ha estado luchando con esta maldición que hace que los varones de su familia puedan procrear. Desde q...