Pov Lisa
Los labios de Jennie son suaves, es una sensación tan buena y me gusta. Abro mis ojos sorprendida y ella se separa y sonríe.
Jennie: ¿Tienes miedo?
Lisa: Hablas y hablas, pero no me puedes follar ahora mismo.
Sonrió de lado y la agarro del cuello para pegar nuestros labios. Era una guerra entre quien tiene el control, luego de un rato nos separamos para tomar aire y nuevamente la beso. Nuestras lenguas también hacían una guerra, aún besando a la rubia la agarro por las piernas y me giro. Ya que la posición anterior me estaba cansando.
Jennie queda debajo de mí y yo sigo besandola, hasta que me separo bruscamente de sus labios para comenzar a besar su cuello descubierto. Dejo un camino de besos y chupetones en su cuello, creo que ya tengo mi lugar favorito y sonrió.
Me quito la camisa y hago lo mismo con Jennie. Paso de su cuello a sus pechos y comienzo a lamerlos y dejar besos húmedos. Eran tan suaves, que me dan ganas de quedarte jugando con ellos todo el tiempo que sea posible. Voy directo a uno y lo muerdo, cambio hacia el otro y lo beso para después empezar a masajearlos y apretarlos. Los gemidos gloriosos de Jennie son música para mis oídos.
Claro que sigo trabajando en lo que soy bueno: follar.
Sigo besando y bajando por todo el cuerpo de Jennie sin dejar ningún lugar sin recorrer.
Lisa: Los pantalones.
Digo agitada, la rubia rápidamente se los quita y me doy cuenta que no tiene ropa interior.
Lisa: Luego yo hago lo mismo con los míos.
Jennie está a punto de estallar, se que está excitada. Me rio y la miro con burla.
Lisa: ¿Te vuelvo loca con solo unos toques?
Pregunto, mientras me río.
Jennie: Maldita sea, Manoban, cállate la maldita boca.
Asiento y vuelvo a besarla, siento las manos de ella en mi espalda y solamente sonrió entre medio del beso. Comienzo hacer fricción de nuestros cuerpo.
Jennie: Carajo, Manoban.
Gime.
Se que le encanta, la estoy volviendo loca, no por nada me llaman el mejor follador de la prison. Bajo hasta su centro y la veo a los ojos. Tiene placer dibujado en cada parte de su cara, sonrió y empiezo a lamer.
Jennie: Joder, joder.
Gime, mientras me toma del cabello y me acerca más. Muevo mi lengua de un lado a otro repetidamente. Esta está a punto de explotar.
Jennie: N-no me queda mucho.
Empiezo a mover mi lengua más rápido y a frotar con mis dedos, se que pronto se viene. Unos segundos después Jennie se viene. Me trago todo y me alejo.
Jennie: Maldita sea. ¿Te lo tragaste todo?
Lisa: Así es, no se me escapo nada.
Contesto, mientras vuelvo a sus labios. Ahora mi boca tiene su sabor y se que le debe estar encantando, ya que gime contra mi boca. Bajo otra vez y voy hacia las nalgas de Jennie.
Jennie: Puedes meterlo como quiera, ya ese roto está muy abierto.
¿Como sabe que tengo miembro?
Quito mis manos y pongo sus piernas en mis hombros para tener mejor posición. Alineó mi miembro en la punta de su hendidura intergluteal y comienzo a empujar lentamente. Siento su entrada caliente y abriéndose a cada paso que doy, asi que comienzo a embestirla lentamente. Jennie gime de dolor y placer a la vez, me termino de meter completamente y espero unos minutos.
Jennie: Ya puedes.
Lisa: Ahora comienza la verdadera diversión, Kim.
Doy estocadas a lo que Jennie da una arcada y comienzo a repetir el mismo proceso. Luego me muevo un poco hacia arriba y se que he tocadó su punto dulce, ya que está vez gime y se arquea completamente.
Jennie: Joder, Manoban. Ahí, más fuerte.
Comenta y yo como buena compañera, le sigo dando en su punto dulce. Lo único que se escucha en la celda son nuestros gemidos y la carne chocando, crea un hermoso sonido obsceno. Los gemidos y lloriqueos de placer de Jennie siguen siendo música para mis oídos.
Jennie: Lisa, me vengo
Yo también estoy a punto de venirme, sigo dando estocadas en su punto.
Jennie: Mierda, ¡Lisa!
Grita la rubia y se viene. Luego de unos minutos yo me vengo dentro de ella. Saco mi miembro y me alejo de Jennie.
Lisa: Se que te ha gustado, además las de la cárcel ya deben saber que eres mío. Nada más mira tús pechos, me perteneces ahora, Kim.
Jennie: En tus malditos sueños, Manoban.
Dice y se arropa. Me rio por su actitud infantil y comienzo a fumar un cigarrillo...
ESTÁS LEYENDO
Entre Rejas | JenLisa
أدب الهواةLalisa Manoban es una asesina condenada a tres años de cadena perpetua, mientras que Jennie Kim es una mafiosa condenada a seis años de cadena perpetua. Un día, luego de una pelea entre ambas, ellas dos tendran que compartir una celda, hasta que cum...