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-¿Dónde está el mando?- pregunta Rodrick

-Guardado- responde secamente Susan mientras se pone mantequilla en la tostada.

-¿Por qué? ¡Solo llegó tarde, no es razón para esconder el mando y quitarnos los teléfonos!

-Ay no, tranquilo cariño- responde Susan a Rodrick con un tono amable- Eso es solo una parte del castigo. Tu padre y yo hemos decidido ir de fin de semana a un hotel que hemos encontrado a un buen precio, a un par de horas de aqui. Nos llevaremos a Manny y Greg se quedará en casa de Rowley

-¿Y eso es un castigo? Muy original...-susurro. Acto seguido bebo un poco de café.

-No- sonríe Frank- Queremos la casa cómo los chorros del oro. Vuestras habitaciones, que pasemos un dedo sobre los muebles y no se nos quede gris.

Rodrick y yo nos miramos y no respondemos

-¿Qué pasa?- pregunta Susan- ¿Os parece poco? Venid, venid

Se levanta de la mesa. Me levanto también. Rodrick me sigue. Bajamos las escaleras al sótano.

-En total hay veinticuatro cajas. Quiero que las separeis por cosas que valen, cosas que no, y cosas que se pueden regalar

-¿Todas las cajas?- preguto yo

-Sí, todas y cada una. Y cómo vengamos dentro de tres días y no esté recogido tú no participarás en el concurso- señala a Rodrick, que abre la boca- Y tu ya puedes ir despidiendote de el piano, nos pueden dar un buen dinero por él

-¡Sí claro!- exclamo

-Pues ya sabeis que hacer- dice subiendo por las escaleras y dejándonos solos

Esa noche, a las ocho menos diez, Rowley y su padre aparecen en la puerta para llevarse a Greg. Este se llevaba todo el material del insitituto porque igualmente estos días había colegio.

-Hasta dentro de tres días chicos- se despide Frank cogiendo las maletas mientras Susan coge en brazos a Manny.

Luego cierran la puerta de un portazo y nos dejan solos.

-¿Vemos una peli?- pregunta él

-¡Rodrick!

-Vale, sí tienes razón

Bajamos al sótano y soltamos un suspiro.

-¿Y si ponemos música?- pregunta

-Sí- respondo subiendo las escaleras y yendo a por todos mis cds.- ¿Cuál quieres?

Él los mira todos.

-Éste- dice señalando el de 21 de Adele.

Unas horas después, cuando llego a la sexta caja, escucho unos ronquidos. 

Rodrick se ha dormido.

 Justo cuando estoy a punto de despertarle caigo en la cuenta que todo esto es culpa mía, así que le pongo mi chaqueta debajo de la cabeza para hacerla almohada, le bajo volumen a la música y acabo dos cajas más hasta las dos y media de la mañana.

A la mañana siguiente amanecimos tumbados en el suelo. Hago una mueca de sobresalto y me incoropro de golpe.

-¡Rodrick! ¡Rodrick despierta!

-¿Qué pasa?- pregunta frotándose el ojo.

-¡Que hay instituto!

Me levanto y subo corriendo las escaleras. Miro el reloj de la cocina; Las ocho y cuarenta y dos. Dieciocho minutos. Ni de broma llegaba.

Subo corriendo a mi habitación, me cambio a toda prisa, me peino rápidamente, rebusco en la cocina y meto un paquete de galletas en la mochila.

Miré el reloj. Las ocho y cincuenta y siete.

-¡Rodrick, no llegamos!- grito impaciente desde la puerta

Él aparece de su habitación con la mochila y bostezando.

Vamos corriendo a la furgoneta y cinco minutos después llegamos. Me despedido de Rodrick a toda prisa porqué él va a la clase de ciencias mientras yo a mi clase voluntaria de griego.

-Perdón- me disculpo a la profesora por llegar tarde.

A la hora del recreo me dirijo a la taquilla y desde allí puedo ver a Rodrick con Heather, discutiendo.

-¡Vamos Heather!- suplica él- ¿Hay algo que pueda hacer para...?

-No, Rodrick. Ya le dije a mi amiga que iria a cenar con ella

-¡Porfavor! ¡No me gusta estar castigado!

Entonces me trago mi orgullo y grito para todo el instituto.

-¡FIESTA HOY POR LA NOCHE EN NUESTRA CASA PARA TODO EL QUE QUIERA VENIR!

Se hace un silencio de unos cinco segundos y después todos aplauden. Me acerco a Rodrick y a Heather.

-Puedes traer a tu amiga.

-¡Perfecto!- sonríe. Luego besa la mejilla de Rodrick y se va riendo

Éste, anonadado, se toca la cara y sonrie cómo un bobo, pero al segundo vuelve a la normalidad.

-¿Estás loca?- pregunta- ¡Las cajas! ¡Nea, las cajas!

-Haré campana ahora- digo- Iré a casa y me pondré con ellas, es mi culpa que estemos en esta situación. Toma apuntes y dile a todo el mundo que veas que le esperamos en casa.

-¡Pero...!

-Nos vemos- me despido

-Hey- dice cogiéndome del brazo- Gracias

Yo sonrío y me voy hacia la puerta

-¡QUE VIVA EL ALCOHOL!- grita Michelle Evans (personaje inventado) esa misma noche en casa mientras la canción Shut up and dance de Walk to the moon suena a través de mis altavoces. Yo bailo en medio del comedor con todos.

De repente caigo en la cuenta. El chico guapo de la tienda. Me dirijo a Rodrick, que está en una esquina de la casa bebiendo.

-Hey, voy a un sitio, ahora vengo.

-Vale, no tardes

-Te cojo la furgoneta

Él no responde así que voy a la furgoneta y pongo mi música. La canción On my Own de Niall Horan suena por los altavoces del coche mientras me dirigo deprisa al centro comercial. Miro la hora: Las ocho y cincuenta y tres. El sitio cerraba a las nueve. Me doy la mayor prisa que puedo y al final llego. Salgo corriendo del coche y me dirigo al lugar mientras me reviso el maquillaje en un pequeño espejo de mano.

Giro a la derecha y le encuentro, bajando la persiana del puesto. 

-¿Mucho trabajo?

Él se gira.

-Te llamé- sonríe- Pero no...

-No, no es... Mis padres me quitaron el móvil. Lo siento.

Él sonríe y quita la llave de la cerradura.

-Estoy haciendo una fiesta en mi casa, acaba de empezar. ¿Quieres venir?

-Sí, de acuerdo- dice él. Iré primero a mi casa a cambiarme

-¿Te llevo?

-Sí, porfavor- dice 


Him and Her// Rodrick HeffleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora