Aporte hecho para el Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de Facebook "DrinnyZone".
Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Summary: La primera regla para cuidar niños es no te descuides ni un segundo, nunca sabes que pasará, y es lo que Draco tendrá que aprender.
Día 02:Descuido.
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Se giró apresurado de un lado a otro, un segundo, solo un segundo se había distraído, había sido una distracción estúpida, ya podía escuchar los gritos de su suegra, y sus cuñados, posiblemente su esposa no le diría nada en presencia de todos esos indeseables para él, pero todos los demás le gritarían histéricos ¿y cómo culparlos? Si alguien hubiese tenido esa clase de descuido con un hijo suyo, ahora mismo estaría ardiendo el mundo mágico.
Ginny apareció en el jardín de su casa, sonrió al ver a su esposo agachándose en todos lados en busca de algo, quizás se había puesto a jugar con Rose, se veía tan tierno de padre.
—Hola, cariño –saludó Ginevra en un tono dulce.
—Ah, llegaste –le saludó nervioso e incrementó la sonrisa que comenzaba a tambalearse un poco.
—Sí, lo hice ¿ocurre algo? –Elevó una ceja.
—No, nada –sacudió la cabeza un poco más de lo normal.
—Draco –lo reprendió frunciendo el cejo.
Su esposo no dijo nada, se limitó a buscar a los alrededores simplemente girando la cabeza, estaba realmente preocupado, pero Ginny no podía comprender la razón para esa actitud extraña.
—Bien, sino me quieres decir que te ocurre, es tu problema, no el mío –se encogió de hombros.
—Rose, cariño, ven por un refrigerio –gritó para que la niña la escuchara.
Ahora que había llegado Ginny, y le había hablado, la pequeña bruja saldría de su escondite, no entendía porque había aceptado cuidarla, si no le caía bien, de hecho, ninguno se agradaba, pero quería ser de ayuda para su esposa.
—Rose, cariño –volvió a llamarla Ginny.
Draco desvió la mirada cuando su esposa lo observó confundida porque la pequeña niña de cuatro años no apareciera en cuanto la llamó, bueno, aquello sin duda sí hacía que Draco comenzara a ponerse un poco nervioso, que no le cayera para nada bien esa niña, no significaba que iba a perderla.
