Aporte hecho para el Drinny-Con 2021, organizado este año por la página de Facebook "DrinnyZone".
Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Summary: Retar a Hermione y a Harry, iba a salirles un poco caro, y la humillación en aquel karaoke lo dejó más que claro.
Día 20:Karaoke.
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Malas ideas abundaban en el mundo, pero la que ellos habían tenido al aceptar aquella invitación había sido la peor de todas hasta el momento, ni siquiera sabían qué hacían ahí o qué tipo de lugar era.
La cara de Hermione Granger era de satisfacción pura, enfrentar a un montón de magos sangre pura a las "delicias" del mundo muggle era su venganza en contra de las cosas que según ellos, los nacidos muggles no podían lidiar en el mundo de los magos, todo lo contrario, no había nada en el ambiente común de los "normales" que un sangre pura no pudiese entender con rapidez.
La castaña se secreteó con su mejor amigo, Harry, que también parecía disfrutar a los magos en aprietos, sus caras de incomodidad y por qué no, un poco de terror parecía también complacerlo de modo insano.
—Una vez más, ¿de quién fue la brillante idea? –Cuestionó Ron, incómodo y rojo como tomate.
—De Draco –contestó Ginny, secándose el sudor de las manos en su falda corta.
—Gracias, cuñadito –bufó enfadado el pelirrojo.
—Hey –lo reprendió Ginny –no es tu cuñado.
—Vamos, te has estado besuqueando con él en "secreto" ¿dime que falta para que termines en el altar diciendo acepto?
—También me besuquee con Harry, Dean y Michael, y no terminé en el altar, diciendo acepto.
—No sé por qué sigues negando que estamos saliendo.
Ginny puso los ojos en blanco y se sentó derecha cuando sus amigos por fin se acercaron, con un micrófono en la mano, y una lista en un trozo de cartón.
—Bueno, engreídos del infierno –soltó Harry –elegimos las canciones –sonrió triunfante.
—Canciones, ¿qué canciones? ¿Para qué canciones? –Preguntó Ron, aún más nervioso que antes –cariño, yo no...
—Estuviste muy de acuerdo con tu cuñadito, con risitas tontas –le recordó Hermione.
—Me habían dado demasiado whisky de fuego ¿te lo recuerdo? No pelee todo una guerra para que ahora me digas que desprecio o menosprecio a los nacidos muggles –gruñó.
