Capítulo 9: Has Despertado Al Monstruo, ¿Te Sometes o huyes?

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~Aria~

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~Aria~

Siempre supe que no me enamoraría de un hombre cualquiera, pero jamás imagine que ese hombre tuviera esos gustos. Tan controlador o como el dijo  "dentro de mí hay dos hombres, el empresario serio, poderoso e inalcanzable, y el monstruo al que ninguna mujer es capaz de llegar porque su apetito es feroz e insaciable, acostumbrado a someter, a tomar a su antojo"

Joder mil veces joder, somos demasiado parecidos.

"Nunca me he sometido a ninguna mujer... Eres a la primera que se lo permito" sus palabras resuenan una y otra vez "has despertado al monstruo, ahora tienes dos opciones, o te sometes o huyes... Y te aseguro que si te sometes a mí, te daré más placer del que puedas imaginar"

¿Cómo podría si a mí me da alergia ser controlada, no podría jamás ser una sumisa? En cambio tenerlo a mi merced, con el poder de hacer y deshacer me seduce más. Mierda, nunca imagine que él practicara sexo de esa manera. Nunca he indagado sobre ese mundo...

No, no podré someterme a un hombre jamás.

Tecleo en mi notebook un capítulo más de Una Noche Con El Jefecito, una idea cruza por mi mente y tomo el celular que está a un costado del sofá en donde estoy sentada, pero me abstengo y lo devuelvo a su lugar.

Conocer a Devon íntimamente, madre mía ese hombre es un maldito monstruo sexy. No niego que verlo sin tapujos y en todo su esplendor me hizo vibrar, pero también retroceder. El hombre que me interesa, el único que me prende, es sinónimo de muerte, su mirada oscura quiso someterme pero me negué. Sus manos bruscas sobre mi cuerpo, su apetito igualaba al de mis fantasías.

¡Maldición!

Me concentro en escribir y el día pasa sin ver siquiera el sol. Tan concentrada e inspirada que apenas si tome café. Es tan cierto que la experiencia crea mejores capítulos, incluso al leer lo que he escrito siento cada palabra y emoción mucho más que antes.

Miro la hora... Las diez de la noche, me estiro feliz de haber escrito varios capítulos, bostezo y mi estómago ruge. Guardo el documento de mi novela y cierro las demás carpetas para luego apagar el notebook.

Me paro lentamente ya que mi cuerpo todavía siente lo ocurrido con él, entonces mi perversa memoria me hace cerrar los ojos para traer vívidamente lo que hicimos. Tan bueno e inimaginable, su piel, el calor de sus manos sobre mí, su boca y mi boca; mis manos sobre su cuerpo; nuestras respiraciones aceleradas y mezcladas, el sudor empañando nuestra piel, diablos y su lengua sobre mí, rayos y la mía... Sobre su...

Mi cuerpo tiembla ante tales recuerdos.
Y jodido mi estómago que ruge con más fuerza que es imposible ignorarlo. Dejo mis memorias para más tarde, para cuando esté en la ducha, o tal vez en la cama. Sola... ¡M*ierda, no puedo arrepentirme!

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Después de prepararme un delicioso sándwich, me lo devoro al instante, agarro una fruta que casualmente es una banana. Saco la cáscara y la tomo en mi boca lentamente, saboreandola, mordisqueandola... hasta que desaparece poco a poco por mi garganta.

Joder que delicia.

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Más tarde estoy parada en la ventana, esta casa huele a él, y la luna como mendiga cabrona me hace arrepentirme de haberlo ido a dejar a su departamento. La nostalgia me invade, los árboles se mecen por el viento, y una ramita golpetea frente a la ventana en la cual estoy parada. Rayos, lo extraño... pero la razón me dice que debo alejarme de él, no es momento, no estoy preparada todavía.

Aunque no niego que la curiosidad me mata, debo indagar y conocer aquello que hoy me mantiene lejos de él, y no puedo volver a mi depa.

No, diablos no, el saberlo tan cerca y no tenerlo me volvería una demente.

Voy en busca de mi celu y llamo a Angel, se que ella me ayudara como lo hace al ayudarme en todas mis locuras. Y con una de esas locuras me refiero a mi vecinito. Marco su número y espero.

— Hola preciosa, ¿qué sucede, a quién hay que secuestrar ahora? —me rio por su ocurrencia.

— Quiero que me ayudes a adentrarme a unos lugares...

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Devon (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora